Varios investigadores colaboraron para localizar y reunir datos arqueológicos del pasado siglo sobre la vida de los asentamientos mayas de México y América Central, que incluyeran mediciones ambientales de mercurio. Estos datos, que combinaron con estudios ambientales actuales, revelaron que estos pueblos tenían un historial de uso de mercurio que se remonta a dos milenios antes de la llegada de los conquistadores españoles. También mostraron que este mercurio todavía se puede detectar en el medio ambiente, según publicaron en Frontiers in Environmental Science.

En la investigación, dirigida por Duncan Cook, experto en geoarqueología de la Universidad Católica de Australia (ACU), los científicos han confirmado que siete de diez antiguos sitios mayas en Guatemala, Belice, México, El Salvador y Honduras poseen concentraciones ambientales de mercurio que igualan o superan los puntos de referencia modernos de toxicidad.

El trabajo de revisión revela que los antiguos mayas usaban una forma de mercurio llamada cinabrio o bermellón (sulfuro de mercurio) con fines decorativos y ceremoniales. Los registros arqueológicos muestran cinabrio y raros hallazgos de mercurio líquido en importantes contextos funerarios y religiosos.

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El estudio también muestra que se ha encontrado mercurio elemental en ollas, vasijas, y lugares de enterramiento en algunos sitios mayas, y en túneles debajo de las pirámides de Teotihuacán, en el centro de México, pero nadie sabe aún de dónde vino este mercurio y cómo lo obtuvieron los mayas. Las fuentes de cinabrio pueden estar a cientos de kilómetros de donde se ha detectado, al final de antiguas rutas comerciales.

“La arqueología nos ha demostrado que los mayas usaban materiales de mercurio, pero no estamos más cerca de comprender de dónde los mayas obtuvieron el mercurio o cómo produjeron el mercurio líquido”, declaró Cook en un comunicado. 

Los investigadores continúan trabajando con arqueólogos y otros especialistas sobre lo que se encuentra en el medio ambiente de hoy, para comprender mejor el pasado y responder a interrogantes de cómo, dónde y cuándo los mayas usaban mercurio en la época precolombina. “Cuando se trata de los mayas, mucho de lo que creemos que sabemos se está reescribiendo rápidamente en el siglo XXI”, subrayó Cook.

“Ahora se necesita urgentemente una nueva investigación que comience a identificar qué tan extendida estaba la contaminación por mercurio en el medio ambiente de los mayas, y también identifique cómo el mercurio impactó a los mayas”, indica Cook.

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