1932, Europa. Sigmund Freud, un médico y psicólogo de lo más relevante y controversial, está en un momento complicado de su vida. Comienza a desarrollar cáncer de boca y su sordera empeora. Se siente pesimista sobre todo lo que sucede a su alrededor. La ciudad de Viena, Austria se derrumba por los conflictos posteriores a la Primer Guerra Mundial.

Einstein es un científico relevante, antimilitarista y un liberal muy radical. Vive en Berlín, pero con incertidumbre sobre el futuro de Alemania ante la llegada de un nuevo régimen y el peligro que corre su libertad. Cree en el papel del derecho, las instituciones, la educación y la ética: todo para acabar con la guerra, la que terminó y las que vendrán.

Ambos comparten el impacto de lo vivido en la Primera Guerra Mundial. Forman parte de grupos informales de estudio entre científicos e intelectuales que debaten sobre las sociedades y sus conflictos.

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A pesar de la resolución del Tratado de Versalles para poner fin al conflicto armado en 1919 y la creación de la Sociedad de Naciones (antecesora de la ONU), distintas comunidades alrededor del mundo aún no comparten los mismos ideales de paz.

Varias naciones han adoptado la ideología de renacionalización y proteccionismo debido a la Gran Depresión económica de 1929. En vez de abrirse al mundo, distribuyen sentimientos de superioridad frente a otros y líderes únicos empiezan a ganar y centralizar el poder.

Los pequeños países de Europa son inestables y con la victoria electoral del Partido Nacionalsocialista en Alemania, el poderío de la Italia fascista, la división sociopolítica en España y el totalitarismo de la URSS, la sensación de un nuevo conflicto internacional aumenta.

EL MUNDO ESTÁ A LOS PIES DE UNA NUEVA GUERRA.

“QUERIDO PROFESOR FREUD…

¿EXISTE ALGÚN MEDIO QUE PERMITA LIBRAR A LA HUMANIDAD DE LA AMENAZA DE LA GUERRA?”

El 30 de julio de 1932, Albert Einstein envía una carta a Sigmund Freud. En este momento —desde todo tipo de ciencia moderna— se debe afrontar una manera de resolver un tema de vida o muerte, por el futuro de la humanidad: ciencias duras y sociales se unen contra la guerra.

Por ello, Einstein trata de mostrar un camino hacia donde reflexionar: ir a las raíces, preguntarse por las causas. Para él es obvio que la persona a responder tal conflicto es Sigmund Freud, pues posee un gran conocimiento sobre la psicología de los humanos.

Einstein propone en la carta que Freud se ocupe de cómo controlar la evolución de la mente humana, cómo evitar el odio y la capacidad de destrucción, tanto a nivel general como en el caso de las élites y las masas.

ENTRE HUMANOS TODO SE RESUELVE CON VIOLENCIA

Freud se sorprende por la petición y el optimismo de Einstein, pues lo considera una utopía, algo imposible.

Aún así, responde de manera positiva. Comienza aclarando que se debe ocupar no tanto de la guerra sino de la violencia, pues en la naturaleza los conflictos e intereses en lucha se resuelven apelando a la misma violencia.

Parte de su propia Teoría de los Instintos, en donde afirma que la humanidad no podrá manejar la guerra hasta que no controle sus propios instintos, su propia naturaleza animal: la base detrás de las conductas.

Los humanos como otros animales del planeta buscan sobrevivir a toda costa, pero ellos no reflexionan un logro mayor, sólo ser más fuerte que el otro. Mientras los humanos razonan a partir de gustos y miedos, de conciencia sobre la existencia de otros humanos diferentes en cultura.

A partir de ahí Freud no puede ser optimista, y se lo enfatiza a Einstein, pero:

“PODRÍA SER PROPOSITIVO Y OFRECER ALGUNAS RESPUESTAS EFICACES EN EL TERRENO DE LA PSICOLOGÍA”.

Freud se siente inseguro sobre la eficacia de métodos como la regulación de armas, el derecho y las instituciones. Le parece mejor trabajar —desde una perspectiva psicológica— en doble dirección:

  • Crear mentes independientes, no intimidables y proclives a buscar la verdad, seres individuales que no actúen en masa.
  • Mejorar el sentido de identificación como seres humanos, profundizar en la capacidad de crear intereses compartidos, generando una comunidad de sentimientos y actitudes culturales y simbólicas que lo refuercen.

Propone no tanto intentar moderar y controlar el instinto de destrucción (Thanatos), sino mejorar y aumentar la importancia del placer (Eros). Incentivar el consumo de cultura (educación, entretenimiento) para someter el Thanatos.

En cuanto a la propuesta de Einstein y, pese al duda de Freud sobre el papel moderador del derecho y las instituciones, plantea trabajar en dos caminos:

  • Leyes comunes para todas las naciones y para todos los seres humanos.
  • Una fuerza ejecutiva internacional (un dispositivo militar suficiente), pues la clave radica en la capacidad de decidir y en la fuerza coercitiva.

A pesar de las ideas, Freud muestra menos confianza que Einstein en el camino para hacer de la guerra un instrumento ilegal y regular las relaciones entre países. Apuesta por la educación, el simbolismo y la creación de mecanismos de identificación, por una regulación lenta de la violencia, la cual está en la base de la guerra.

ENTRE REFLEXIONES LA GUERRA ESTALLA

Inicia 1933, el nuevo gobierno alemán del Partido Nazi toma protesta. El canciller Adolf Hitler, le retira la ciudadanía alemana a Einstein debido sus radicales ideas liberales. Éste huye a Estados Unidos.

Freud aún vive en Viena, disminuido físicamente por sus enfermedades, sin siquiera pensar que los ideales de su país vecino retumbaran en los oídos de los austriacos. Él y toda su familia son judíos.

Llega 1938, los nazis liderados por Hitler, ahora Führer, invaden Austria y la anexan a su régimen.

A Freud lo consideran enemigo principal, no sólo por judío, sino por sus teorías que contemplan el pensamiento individual de los humanos. Él y su familia son acosados por los soldados de las Escuadras de Protección (SS) y sus libros son quemados públicamente en las plaza públicas.

Su hijo Martín es arrestado y privado de su libertad. A su hija Anna, además de arrestarla, la interrogan oficiales de la Gestapo (unidad secreta nazi).

Tales acciones llevan a Freud a buscar —como sea— huir de Viena. Mientras se encarga de alistar todo para viajar en secreto a Londres, cuatro de sus hermana son arrestadas y llevadas a campos de concentración. Lo único que significa eso es su muerte.

En Reino Unido poco Freud se entera de lo que sucede en el mundo, pues su salud empeora. En septiembre de 1939, no soporta más el dolor y decide poner fin a su sufrimiento. Le pide a su médico que le inyecte tal cantidad de morfina que elimine su dolor hasta llegar a la muerte.

El día 23 se confirma su muerte, mientras en Polonia los nazis invaden y detonan la Segunda Guerra Mundial.

EL FUTURO DE LA GUERRA, O LA GUERRA DEL FUTURO

En 1945, al culminar la guerra y sin importar el oscuro porvenir, se funda  la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un ente que —como planteó Freud— legisle por igual a naciones y personas.

El poco optimismo, sin embargo, en una solución con base en el derecho y las leyes se confirma. El siglo XX se caracteriza por las guerras entre países, guerras civiles, golpes de Estado e imperialismo.

Aunque en plena Guerra Fría, en los años 60, la teoría de Freud sobre confrontar a la guerra desde una posición de individuos, cultura y placer entra en acción.

El movimiento del 68, una revolución contracultural que aglomera a personas de varios países, en diferentes fechas, confirma —en esencia— la teoría.

Detener las guerras, libertad de pensamiento, expresión y sexualidad son los estandartes del movimiento. Una posición que por medio del placer suprime la violencia nata de la especie humana.

Toda una generación de jóvenes que alza la voz y se expresa a su manera, pero no detiene la guerra.

Lo que en realidad logra es esparcir ideas y sentimientos a través de los años y de las siguientes generaciones.

SENTENCIA

EINSTEIN LEE A FREUD:

TERMINAR CON LA GUERRA ES —PUES— UNA UTOPÍA, PERO…

Hemos llegado al siglo XXI, la era masiva de la información. Aún hay guerras y violencia en todas sus formas. Aunque el fruto del movimiento del 68 se sigue esparciendo.

NADIE:

OBSERVA HOY LOS CONFLICTOS ALREDEDOR, ¿SON LAS LUCHAS Y MATANZAS DEL SIGLO PASADO? ¿QUÉ EVITA RESOLVERLOS COMO EN EL PASADO? ¿QUERIDO PROFESOR…?

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