Ayer reabrió sus puertas el Museo de Arqueología Maya, Fuerte de San Miguel, que estuvo cerrado por rehabilitación del espacio.

Para realizar la obra, se designaron más de 12 millones de pesoso, provenientes del gobierno del estado de Campeche y del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

A pesar de que funciona como museo desde 1965, y de que en 1999 tuvo una importante renovación museográfica, hacía más de 20 años que no se actualizaba. Como parte de esos trabajos, se sustituyó el mobiliario museográfico, se instalaron sistemas de seguridad y se mejoraron los apoyos para las personas con discapacidad, lo que pone a San Miguel a la vanguardia en inclusividad en el país.

Anuncios

Para la reapertura del Museo Arqueológico Maya acudió el gobernador del estado de Campeche, Carlos Miguel Aysa González; y del coordinador Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, Juan Manuel Garibay.

Las piezas que conforman la colección del museo están distribuidas en diez salas temáticas: El mundo maya, El entorno natural, De la aldea a la ciudad, El ciclo de la vida, Trascender la muerte, El orden del universo, Conocimientos científicos, Estructura social, La élite y Guerra y territorio.

Cada una de ellas resguarda obras icónicas de la arqueología maya en Campeche.

Al respecto, Juan Manuel Garibay detalló que en esta nueva propuesta para el Fuerte de San Miguel se construyó un “discurso museológico integral, el cual contextualiza el patrimonio como una red que teje lazos en distintos niveles: educativo, comunitario, histórico y cultural; considerando que el patrimonio siempre será una herramienta”.

Respecto al inmueble, su importancia radica en su arquitectura militar, ya que este espacio fue utilizado en las luchas en las que se vio inmersa la ciudad de Campeche a lo largo del siglo XIX.

En la actualidad se exhiben piezas de diferentes ciudades mayas destacando la de Calakmul.

El edificio es cuadrangular rodeado de un foso en donde se aprecian dos puentes: el durmiente, construido de mampostería; y el levadizo, de madera.

Del lado de tierra presenta dos pequeños baluartes custodiando la puerta. El cuerpo de guardia, el oficial de dicho cuerpo, los alojamientos para la tropa, los almacenes de víveres, el de pertrechos y la cocina ocupaban los cuartos que rodean al patio central.

Sobresale su pasillo de acceso en forma ondulada, el sistema defensivo que evitaba la entrada del enemigo, así como de los proyectiles. Su entrada es de forma rectangular, rematada por un triángulo.

En la parte superior, el edificio tiene explanadas y parapetos, así como tres garitas que servían de albergue a los vigías, dos por el lado de tierra y uno por el mar.

Publicidad