Didáctico, divertido, prolífico, analítico, ateo, Eduardo del Río, Rius, fue un creador privilegiado que supo a través de sus “horrorosos monos” trastocar el corazón de la sociedad mexicana, que este 8 de agosto recuerda su muerte, el día que dejó huérfanos a los caricaturistas del país.

El pobre, el rico, la vedette, las comadres y muchos personajes más, nacieron del esbozo y el dibujo de Rius. Bajo el trazo y la palabra, el caricaturista tuvo un protagonismo fundamental en la cultura mexicana, así como en la educación de muchos, quienes aprendieron sobre la realidad humana con sus “horrorosos monos”, como él los llamaba.

Los nacidos en décadas anteriores recordarán haber tenido en su hogar un ejemplar de Los Supermachos y Los Agachados. De niños, los “dibujitos”, sin duda, llamaron su atención, y ya mayores, los textos que acompañaban las ilustraciones, provocaban sonoras carcajadas cuando se entendían los temas que abordaba.

Porque Rius influyó a personas de cualquier sector social a conocer sobre distintos tópicos, entre ellos sociedad, historia, filosofía, religión y medicina con propósitos de divulgación a través de sus historietas y publicaciones, donde hizo una fuerte crítica al sistema político, al consumismo, la religión y, por su puesto, fue conocida su posición antiyanqui


Asimismo, a través de su obra, el monero nos enseñó el valor de la nutrición con La Panza es Primero (1972), nos ilustró con ABChé (1978); al mundo de Platón y Aristóteles como Filosofía para Principiantes (1985) y sacó ámpula con El Amor en los Tiemposd el SIDA.


No faltó la crítica ácida a los medios de comunicación con Publicidad, Televisión y otras Porquerías (1989); economía con El Supermercado de las Sectas (1999); relució su ateísmo con La Biblia, esa Linda Tontería (1996); y aprovechó frases célebres de la política nacional con Votas y te vas (2006).


Didáctico, cínico, divertido, prolífico, analítico y con una sencillez e introversión propia de un genio creador, Rius dejó un gran vacío en la cultura mexicana, pero también un legado importante mediante su acervo que ha inspirado a caricaturistas y, sobre todo, marcó a toda una generación con su humor satírico y mostrar a México con sus virtudes y defectos, así como al mundo que le tocó vivir.

Con información de El Sol de México

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