La Ciudad de México contará este 2021 con dos nuevos museos, uno en Xochimilco y el más grande de ellos en Iztapalapa: el Museo Infantil y Juvenil Yancuic (MIJY), el cual se prevé se inaugure en septiembre y tenga capacidad para recibir hasta 5 mil visitantes diarios de manera gratuita, siempre que las condiciones sanitarias por la pandemia de Covid-19 lo permitan.

Así lo informó la secretaria de Cultura capitalina Vanessa Bohórquez, quien explicó en entrevista con La Jornada que había una deuda pendiente con los habitantes de la zona Oriente de la ciudad, sobre todo en términos de brindarles una oferta cultural importante.

Con una inversión de 529 millones de pesos, el MIJY tendrá 19 mil 966 metros cuadrados de construcción en 10 mil 957 metros cuadrados de superficie, para albergar una estructura de 31 metros de altura con seis niveles.

En 2017 se anunció la construcción de un museo del niño en Iztapalapa, iniciativa que la anterior administración del gobierno de la Ciudad de México concesionó a los directivos del museo privado Papalote. Se convocó entonces a un concurso arquitectónico, donde resultó ganadora la propuesta de los despachos SPRB Arquitectos+MX-SI Architectural Studio.

Sin embargo, la idea original era cobrar un precio de entrada de al menos 200 pesos, por lo que en enero de 2019, las nuevas autoridades capitalinas encabezadas por Claudia Sheinbaum decidieron cancelar la concesión al Papalote Museo del Niño al considerar que las tarifas de acceso resultaban onerosas para la población. (La Jornada, 5/1/19).

También se desechó la construcción de una plaza comercial en el predio, donde ya se pueden apreciar los avances de la obra, ubicado en el exterior del Centro de Transferencia Modal (Cetram) Constitución de 1917. Se tiene pensado construir también una preparatoria en el lugar.

La secretaria de Cultura de la Ciudad de México explicó que “se modificó el proyecto inicial para garantizar el ingreso de manera gratuita. En la alcaldía más grande de América Latina, 50 por ciento de la población son niños y jóvenes de hasta 19 años; entonces, era fundamental estudiar y entender esto, ser sensibles para no sólo asegurar la entrada gratuita, sino generar un proyecto que tuviera líneas de trabajo acordes con la innovación tecnológica, la historia, el arte y la ciencia.

Modelo que garantice estar a la vanguardia

“Es así que el museo Yancuic tendrá un modelo híbrido en tanto que contará con proyectos de índole privado, a los que se sumarán esfuerzos de instituciones educativas y, por supuesto, del Gobierno de Ciudad de la México, lo cual nos va a permitir garantizar que el proyecto permanezca siempre a la vanguardia, con un movimiento permanente de exposiciones.

“La zona no sólo involucra a Iztapalapa, sino a las alcaldías periféricas y, por supuesto, a quienes vengan de visita a la ciudad.”

El MIJY será administrado por la Secretaría de Cultura capitalina y trabajará en conjunto con las Fábricas de Artes y Oficios (Faros), y los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), con el apoyo de talleristas, colectivos y promotores culturales de esa dependencia.

En enero se informó que la construcción llevaba 85 por ciento de avance. La parte más compleja fue concluir la estructura; ahora están en proceso las instalaciones y acabados, para continuar con la museografía, que incluirá un auditorio con megapantalla, además de terrazas, áreas para talleres, así como espacios de exhibiciones con puntos interpretativos exteriores, entre otros.

Además, como parte del programa Conmemoraciones por los siete siglos de historial de México-Tenochtitlan, en Xochimilco se abrirá el Museo Chinanpaxóchitl (Flor de Chinampas), ubicado en el Parque Ecológico de esa alcaldía, donde se lleva a cabo la readaptación de un espacio ya existente, “con el propósito de crear un recinto que albergue historia y cultura en esta zona emblemática de la Ciudad de México.

“Vienen más proyectos enfocados en fortalecer la infraestructura cultural en distintas zonas de la ciudad, lo cual nos permitirá atender a diversos grupos y, sobre todo, garantizar el cumplimiento de los derechos culturales.

“Buscamos que no haya ciudadanos que no puedan llegar a esos espacios, los cuales abrazarán y albergarán a los habitantes de zonas donde no había recintos culturales importantes. Descentralizamos y hacemos más democrático el ejercicio del disfrute cultural, lo cual va a generar una oferta en cualquier punto de la capital, fundamental también en términos de turismo”, concluyó Vanessa Bohórquez López.

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