La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, encargada de la preservación, difusión y promoción del patrimonio tangible e intangible del pueblo del país, envió una carta de extrañamiento a la empresa de moda SHEIN en la cual pide se explique públicamente con qué fundamentos se comercializa y privatiza una propiedad colectiva, haciendo uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades creadoras.
“Estos diseños se han transmitido de generación en generación, por lo que son producto de una creatividad colectiva que corresponde al pueblo maya”, afirma el texto.
Esto, ante la denuncia que, a través de redes sociales, realizó la marca artesanal YucaChulas, en la que mostró que la pieza “Top Ribete en abanico con estampado floral”, salvo por las orillas del cuello, mangas y el remate de los arcos finales, corresponde a una que esta empresa mexicana realizó en 2017.
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Las blusas o huipiles cortos, como este, se realizan en diversas comunidades mayas de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, como parte de la identidad de este pueblo mayense y como una alternativa económica para su sustento cotidiano.
La elaboración de cada una de estas piezas implica horas de trabajo debido a la precisión que requiere cada trazo, así como lograr la combinación de colores para dar profundidad a cada diseño floral. No solo representan parte del entorno y la naturaleza, sino que forman parte de su cosmovisión al estar relacionados con la alegría por la vida, son reflejo de sus emociones y sentimientos, por ello forman parte de su identidad como pueblo y cultura maya, agrega el texto.
De igual forma, la misiva expone que este tipo de acciones ponen en desventaja el trabajo artesanal, frente a uno realizado de manera masiva e industrial, afectando la economía de las y los portadores y creadores originarios, en este caso, ubicados en las comunidades mayas.
“Desde la Secretaría de Cultura de México le invitamos a desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades indígenas dentro de un marco ético que no socave la identidad y la economía de los pueblos y apegado siempre a un comercio justo que coloque en un plano de igualdad a los creadores indígenas, empresarios y diseñadores”.
Esta carta se envía en el marco de la estrategia ORIGINAL[1], una de las acciones que la Secretaría de Cultura federal ha emprendido por la defensa del patrimonio cultural de las comunidades originarias para evitar el plagio de sus elementos de identidad por parte de empresas nacionales y trasnacionales y, a la par, tejer puentes entre marcas y empresas y las y los artistas originarios a fin de encontrar, si así lo deciden las comunidades, mecanismos de colaboración, en un ambiente ético y justo