La artista multidisciplinar chilena Sylvia Palacios Whitman, afincada en Nueva York desde hace seis décadas y cuya obra se expone hasta el 22 de julio en la Americas Society, “activó” este miércoles varios dibujos que retratan su niñez relatando las historias que los inspiraron.

Palacios Whitman, que formó parte de la vanguardia artística de Manhattan en la década de 1970 y a sus 82 años disfruta de su primera exposición en solitario en Estados Unidos, protagonizó hoy una “performance” basada en sus recuerdos, un acto que enterneció y divirtió a un público mayoritariamente latino.

La artista, cuya obra gira entre lo visual y la “performance”, buceó en el material autobiográfico que alimenta los quince dibujos de “Visit to See the Monkey and Other Childhood Stories” (Visita a ver el mono y otras historias de la niñez), creados entre 1960 y 2019 mirando a su Chile natal.

Anuncios

Moviéndose, haciendo gestos, incluso poniéndose un bigote de pega, Palacios Whitman evocó en un monólogo en inglés las vivencias retratadas, desde terremotos capaces de poner vacas sobre árboles hasta sus aventuras saltando por la ventana con una amiga o escapando de la madre superiora de su escuela.

Esos dibujos son clave en la exposición que le dedica la Americas Society, llamada “To Draw a Line with the Body” (Dibujar una línea con el cuerpo) y que incluye bocetos, vídeos con documentación fotográfica de sus “performances” y nuevos trabajos sobre papel a gran escala, ya que no ha dejado nunca de producir.

La artista estudió pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, en Santiago, y a los 20 años se mudó a la Gran Manzana, donde se integró en la escena artística; en ese entorno conoció a su marido, de quien tomó su segundo apellido, y posteriormente experimentó con el movimiento y la danza contemporánea.

En la década de 1980 se enfocó en mezclar materiales para dibujos, “collages” y pinturas, con tonos oscuros y diseños geométricos que evolucionaron en la década de los 2010 hacia tonos más claros y formas humanas, mientras que en la década actual se decanta por las esculturas.

Palacios Whitman, que después de su “performance” se declaró agradecida de tener esta exposición, describió a EFE su arte como algo “inmediato” y, entrando en la galería, aseguró sentirse sorprendida de reencontrarse con obras que antes tenía por toda la casa, “hasta en el cuarto de baño”, apostilló.

Entre ellas están las más recientes, “Floor drawings”, unos dibujos sobre papel marrón que se exponen sin florituras en el suelo, como los tenía en su salón; y también en ese material unas esculturas que forman sillones o un cono en el que ha escrito los nombres de toda la gente que ha conocido.

Las comisarias, Aimé Iglesias Lukin y Rachel Remick, destacaron en una nota que la muestra es un ejemplo más de una artista que no ha recibido la atención institucional que merece, y señalaron que su obra invita a pensar en la infancia y la nostalgia no solo desde el punto de vista de una mujer artista, sino de una mujer migrante. 

Publicidad