Después del juego entre los Buffalo Bills y los Kansas City Chiefs el domingo por el playoff divisional de la AFC en la postemporada de la NFL, uno de los más memorables de los años recientes y para muchos ya un clásico instantáneo consumado, se abre el debate de nuevo: ¿es momento de cambiar el formato del tiempo extra?

Aun cuando es cierto que la naturaleza de los juegos de postemporada (de cualquier liga que emplee este sistema de competencia) es cruel, porque en algunos casos las eliminatorias son a juego único y en instancias de desempate no siempre priva la justicia o al menos la equidad, y eso quedó probado el domingo en Arrowhead Stadium.

Después de vivir dos de los más agitados y alocados minutos (1:54 para ser precisos) de los que se tenga memoria en la historia de la postemporada en la NFL, es decir los dos finales del último cuarto del partido entre Bills y Chiefs, en el que se anotaron tres touchdowns, dos de Buffalo y otro de Kansas City, además de un gol de campo de los locales para desembocar en un empate de 36-36 que forzó a la prórroga, no se anticipaba un desenlace como el que hubo, y los Chiefs ganaron 42-36.

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Josh Allen, quien había lanzado cuatro pases de anotación sin ser interceptado y quien completó 27 de 37 pases para 329 yardas, había ejecutado un partido cuasi perfecto, incluso hasta aportando 68 yardas por la vía terrestre; sin embargo, y para infortunio suyo, perdió el lanzamiento de la moneda para empezar el tiempo extra, para dirimir quién recibía el balón. Y también perdió el juego sin siquiera meter las manos.

Claro, las reglas del tiempo extra en la NFL son claras, son públicas y para todos, y pese a que se han modificado un poco, no es lo suficiente. En temporada regular el periodo adicional tiene una duración de 10 minutos y si el equipo que tiene la primera serie ofensiva anota un gol de campo, el rival tiene oportunidad de contestar, y si empata con otro FG, entonces el juego sigue hasta que haya un ganador o hasta que concluya el tiempo y se decrete un impopular empate.

En la postemporada aplica el mismo criterio del gol de campo que no puede definir un juego si se conecta en la serie ofensiva inaugural, pero si deriva en touchdown, martillazo en la mesa, se acabó.

Las redes sociales estallaron después del desenlace del tiempo regular del cotejo entre Buffalo y Kansas City, coincidiendo en su gran mayoría en la emoción, en lo improbable que resultaba que tomaran los Bills la ventaja y luego que empataran los Chiefs, en general un sentido de fascinación. Y aunque en el tiempo extra o al final del juego solo debe prevalecer uno, quedó ese sabor de injusticia, derivado de una regla que lleva años siendo polémica y que por ende se ha modificado, aunque con tibieza.

Uno de los modelos a elegir como remplazo del reglamento actual, en cuanto a sistema de competencia, es el que implementa la División I de la NCAA, el futbol colegial estadounidense, que en caso de prevalecer un empate al término de los cuatro cuartos de un partido, aplica un sistema de series ofensivas desde la yarda 25.

A pesar de que con este sistema podría alargarse la definición de un partido algo más de la cuenta, al final los dos equipos reciben el mismo número de oportunidades para conseguir el triunfo, luego de navegar por cuatro periodos y máxime si está en juego algo de suma importancia, como el pase a una instancia final o un título, solo quedará una sensación de justicia porque ganó el que mejor aprovechó sus oportunidades, algo que no ocurre cuando el otro equipo no la tiene.

Pese a la crudeza del reglamento vigente para definir un partido en la prórroga en la NFL, el quarterback de los Bllls admitió que no le achaca la derrota a las reglas sino al hecho de haber perdido un lanzamiento de moneda y, que de haber tenido un resultado opuesto, ellos serían quienes habrían ganado y estarían festejando.

Todavía le quedan tres partidos a la temporada 2021 de la NFL, los dos juegos por los campeonatos tanto de la Conferencia Nacional como de la Conferencia Americana y, desde luego, el Super Bowl LVI el 13 de febrero, y existen amplias posibilidades de que no sea la última vez en la campaña que un juego se defina más allá de los cuatro cuartos.

Y a pesar de que las reglas no van a cambiar, en ese sentido en lo que resta de la campaña, es altamente probable que en la próxima reunión de dueños de equipos en el receso de la temporada se ponga sobre la mesa la posibilidad de cambiar el reglamento para definir un partido en la NFL que no se alcanza a resolver en el tiempo regular, al menos en la postemporada.

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