Julio César Chávez ha enfrentado, históricamente, la acusación de haber cimentado su récord de victorias con rivales de poco nivel. Antes de perder su primera pelea profesional, contra Frankie Randall en enero de 1994, Chávez contaba con un registro invicto de 89-0-1. La cifra, apabullante e irrepetible desde entonces, ha sido objeto de muchas críticas. Sus detractores sostienen que Chávez no enfrentó a grandes oponentes para edificar esa marca.

Y ahora ha sido su propio hijo, Julio César Chávez Jr., quien ha puesto en duda la valía de ese récord. “Aunque mi papá tenga el récord de 90 y 89-0, pues a lo mejor sus rivales fueron taxistas. Yo soy yo, yo he hecho box con todo el mundo y aparte soy hijo de una gran leyenda, la leyenda que continuó a sus casi 40, 50 años”, expresó en entrevista con Boxglero. La broma de los taxistas nació gracias a Greg Haugen, peleador estadounidense que enfrentó a Chávez en 1992 en el Estadio Azteca, y previo a la pelea declaró que no se espantaba por el récord de su rival (entonces de 84-0) porque sólo había derrotado a “taxistas de Tijuana”.

La apreciación debe ser lo más neutral posible. Chávez ha despertado muchas pasiones, pero su carrera debe ser analizada con matices rigurosos. Así lo hizo The Ring en una investigación de 2022, citada por Izquierdazo. El periodista Cliff Rold hizo una clasificación de los mejores peleadores de la historia con un criterio muy específico: las victorias ante oponentes de buen nivel.

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Su parámetro para determinar el nivel de un peleador fue el propio ranking histórico de The Ring, que suele ser muy preciso, pues se desprende de los organismos (CMB, AMB, OMB y FIB) y hace un conteo general —los organismos tienen sus propias clasificaciones, en las que pueden excluir a púgiles que no están con ellos—. Además, la longevidad les avala, pues llevan 98 años haciendo clasificaciones en todas las divisiones de boxeo profesional.

¿Cuál fue el lugar de Chávez? El once. Nada mal para alguien que, supuestamente, enfrentó a “puros taxistas”. El sonorense fue también el mejor latinoamericano ubicado en el listado, por encima de nombres como José Ángel Nápoles, Carlos Ortiz, Alexis Argüello, Roberto Manos de Piedra Durán y Carlos Monzón. Rold destacó que Chávez en su primer campeonato mundial, ante Mario Azabache Martínez, enfrentó a un clasificado Top 10 del peso superpluma por The Ring. Y que durante su estancia en esa categoría, en la que tuvo un récord de 8-0, siete de sus rivales estaban clasificados.

Chávez sumó títulos mundiales en el peso ligero ante Edwin Rosario y José Luis Ramírez. Después, en mayo de 1989, subió a peso superligero, división que dominó a placer, y superó en esa fecha a Roger Mayweather para conquistar su tercera categoría. Antes de perder contra Randall en 1994, Chávez construyó un récord de 27-0-1 (el empate fue contra Pernell Whitaker, en peso welter), y en esas 28 peleas enfrentó a nueve rivales clasificados. Venció a ocho, todos en peso superligero, y empató con Whitaker.

Es cierto que Chávez enfrentó a rivales de escaso nivel a lo largo de su carrera. Así lo recoge la investigación de Izquierdazo, publicada en 2020: se midió con 10 peleadores debutantes y a 21 rivales que en sus récords tenían menos o igual triunfos que derrotas. 31 rivales de escaso nivel en un total de 115 peleas profesionales. Su porcentaje es del 27%, inferior al de otras leyendas como Rubén Olivares y Salvador Sánchez (ambos 28%) y Ricardo Finito López (32%).

Chávez peleaba muchas veces por año, garantía de éxito en taquillas y televisión. En 1989 hizo seis peleas; en 1990 y 1991, fueron cinco; en 1992, seis de nuevo. Por no mencionar que en su primer año como profesional, 1980, peleó en diez ocasiones (un número alto, pero lógico tomando en cuenta que como novato, peleaba a cuatro rounds). Sí, Chávez enfrentó a peleadores que la opinión popular considera “taxistas”, como lo han hecho cientos de leyendas más de todas las épocas. No hay nada que le quite mérito a su carrera.

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