La Premier League prohibió a Roman Abramovich dirigir al Chelsea luego de que el propietario del club fue sancionado por el gobierno británico por la guerra de Rusia contra Ucrania.
La decisión de la junta de la Liga de descalificar al oligarca ruso como director del Chelsea pone fin a sus 19 años de control del club del oeste de Londres, pero no impacta directamente a los jugadores.
“La decisión de la junta no impacta la capacidad del club para entrenar y disputar sus partidos”, señaló la Premier League en un comunicado.
El equipo es capaz de seguir operando bajo una licencia emitida por el gobierno británico cuando congeló los activos de Abramovich, al tiempo que impuso sanciones sobre él por sus vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin, incluidas restricciones al gasto. Al Chelsea se le congelaron las tarjetas de crédito de la empresa Barclaycard como consecuencia de las sanciones.
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Cediendo a las presiones contra su permanencia en la propiedad, Abramovich ya había anunciado, antes de ser sancionado, que pondría en venta al Chelsea.
Ahora el gobierno supervisa el proceso de venta, en el que trabaja el banco de inversión Raine Group.
Abramovich esperaba originalmente desviar los ingresos a una nueva fundación para las víctimas de la guerra en Ucrania, aunque todavía no ha condenado a Putin por su invasión. Pero el gobierno solo aprobará una venta que no beneficie a Abramovich, ya que el gobierno aumenta las exigencias en torno a las personas influyentes que considera que facilitan el régimen de Putin.
“Los beneficios de cualquier venta no podrán ir a parar a la persona sancionada mientras esté sujeta a sanciones”, señaló el gobierno.
La descalificación de Abramovich por parte de la Premier pone fin al reinado del primer propietario extranjero multimillonario de la competición, cuya fortuna convirtió al Chelsea en uno de los más exitosos del futbol. Su inversión puso fin a 50 años de sequía de títulos nacionales del Chelsea, cuando ganó la Premier League en 2005.
El equipo es el actual campeón de Europa y del mundo gracias a un gasto en jugadores que ha hecho que Abramovich inyecte más de mil 500 millones de libras (dos mil millones de dólares) en el Chelsea a través de préstamos que, según dijo, no pedirá que se devuelvan.