Según el Centro de ECT de la Universidad de Boston, la encefalopatía crónica traumática, o ECT, ha afectado a los boxeadores desde la década de 1920. Sin embargo, no emergió en la conciencia nacional sino hasta 2007, cuando The New York Times reportó que Andre Waters había sufrido daño cerebral por jugar fútbol americano, lo que condujo a su depresión y posteriormente a su suicidio.

La enfermedad cerebral degenerativa asociada con repetidos golpes en la cabeza ha sido detectada en los cerebros de más de 315 exjugadores de la NFL. Waters fue el tercero, pero su muerte logró que la condición fuera conocida a escala masiva. Ese grupo incluye a 24 jugadores que murieron entre los 20 y 40 años, según Ann McKee, neuropatóloga y directora del Centro de ECT de la Universidad de Boston.

Después de sus muertes por suicidio, se descubrió que Junior Seau, de 43 años, Waters, de 44, y Dave Duerson, de 50, tenían ECT, al igual que Jovan Belcher, un apoyador de 25 años de los Chiefs de Kansas City que mató a su novia antes de dispararse en la cabeza en 2012; Aaron Hernández, un ex ala cerrada de los Patriotas de Nueva Inglaterra de 27 años que se suicidó luego de ser condenado por un asesinato cometido en 2013; y Phillip Adams, un esquinero de la NFL de 32 años que disparó y mató a seis personas en abril de 2021 antes de suicidarse. También se determinó hace poco que Vincent Jackson, un receptor veterano de los Chargers de San Diego y los Bucaneros de Tampa Bay, que fue encontrado muerto en febrero, tuvo una forma leve de ECT.

Te puede interesar: Tom Brady, uno de los mejores ‘quarterbacks’ de todos los tiempos, anuncia su retiro tras 22 campañas en la NFL

Esto es lo que se debe saber sobre la ECT.

La ECT, que solo se puede diagnosticar tras la muerte, se ha vinculado con una serie de síntomas, que incluyen la pérdida de memoria, depresión, comportamiento agresivo y, a veces, pensamientos suicidas. Es una enfermedad progresiva, y los síntomas pueden surgir mucho después de que hayan cesado los golpes a la cabeza.

Aunque la afección se ha asociado con mayor frecuencia con los jugadores de fútbol americano, la ECT se ha encontrado en los cerebros de boxeadores, jugadores de hockey, jugadores de fútbol, un practicante de bobsleigh y otros atletas.

¿Las conmociones cerebrales causan ECT?

Las conmociones cerebrales diagnosticadas no son indicadores confiables de ECT. Cerca del 20 por ciento de las personas a las que se les descubrió ECT nunca tuvieron una conmoción cerebral diagnosticada, según médicos del Centro de ECT de la Universidad de Boston, quienes analizaron el cerebro de Jackson.

Los estudios han demostrado que son más predictivos los golpes más pequeños y frecuentes a la cabeza que no causan síntomas, conocidos como golpes subconmocionales. Los estudios muestran que la gravedad de la ECT se incrementa mientras más extensa sea la carrera de un jugador de fútbol americano.

¿Cuáles son las etapas de la ECT?

McKee desarrolló un sistema de etapas, que va desde leve (etapa 1) hasta más grave (etapa 4), para codificar la patología de la ECT. Aunque existen tendencias generales, no hay una delimitación clara de los síntomas dentro de esas etapas, dijo Chris Nowinski, cofundador y director ejecutivo de Concussion Legacy Foundation.

“El cerebro tiene 86.000 millones de neuronas”, dijo Nowinski en una entrevista telefónica. “Estamos hablando de lesiones casi microscópicas. La ubicación de las lesiones y la manera en que está conectado tu cerebro probablemente tendrá más impacto que una demarcación de etapas. Una lesión que esté un milímetro en otra dirección podría ser la diferencia entre el comportamiento normal y la discapacidad”.

La etapa 1 es la señal más temprana de la ECT. Las lesiones se encuentran principalmente en el lóbulo frontal y los síntomas a menudo incluyen una leve pérdida de la memoria. En la etapa 2, las lesiones se extienden a la corteza adyacente, y continúan su asalto a la memoria. Según Nowinski, el daño al lóbulo frontal es conocido por estar vinculado con problemas de concentración, cognición y control de impulsos. La examinación del cerebro de Adams, que se reveló que estaba en la etapa 2, indicó un diagnóstico anormalmente severo para una persona de treinta y tantos años, similar al encontrado en Hernández, a quien McKee le diagnosticó una etapa 3, en la que las lesiones se han apoderado del lóbulo temporal medial, que afecta al hipocampo y la amígdala cerebral, y que causa reacciones violentas e impulsivas; paranoia; y la erosión de la memoria.

Según Nowinski, a la gran mayoría de las personas que están en la etapa 4, en la que la ECT se ha diseminado a múltiples partes del cerebro, se les ha diagnosticado demencia. Dijo que la tendencia es que pasen 13 años entre las etapas y que casi siempre se descubre que las personas mayores de 60 años con ECT estaban en las etapas 3 o 4.

¿Cuál ha sido el impacto de la ECT en la NFL?

El centro y miembro del Salón de la Fama Mike Webster fue el primer jugador de la NFL al que se le descubrió ECT. El resultado de ese examen fue publicado en una revista científica tres años después de su muerte en 2002. A más de 315 exjugadores, incluidos Ken Stabler y Frank Gifford, se les ha diagnosticado ECT póstumamente. Investigadores de la Universidad de Boston anunciaron en un estudio de 2019 que los jugadores de fútbol americano que se exponen a tacleos constantes duplican el riesgo de desarrollar las peores formas de ECT cada 5,3 años que juegan.

Por muchos años, la NFL negó cualquier conexión entre el daño cerebral a largo plazo y los impactos en la cabeza, hasta que se enfrentó a una abrumadora evidencia científica. Cuando se supo que un grupo de exjugadores había presentado una demanda colectiva, la liga reconoció la conexión y llegó a un acuerdo de aproximadamente 1.000 millones de dólares; desde entonces la NFL ha accedido a dejar de usar métodos basados en la raza para evaluar las afirmaciones de demencia que les negaban beneficios valorados en cientos de miles de dólares a jugadores negros.

En respuesta a la creciente prevalencia de la ECT, la NFL ha desarrollado protocolos intensivos para jugadores que tienen, o muestran signos de lesiones en la cabeza. La liga instaló a un observador de lesiones de cabeza en los palcos de prensa de todos los juegos; médicos y especialistas en traumatismo cerebral en las líneas laterales; y expertos en pruebas neurocognitivas en los vestidores. La liga también ha reforzado las reglas en torno al impacto contra los mariscales de campo y los jugadores que bajan el casco para iniciar el contacto.

¿Se puede tratar la ECT?

No existe una cura conocida para la ECT, y dado que no se puede identificar con precisión en los cerebros de las personas que viven, la enfermedad en sí no se puede tratar. Sin embargo, algunos medicamentos y ciertas terapias pueden ayudar a controlar los síntomas y regular los estados de ánimo y el comportamiento.

Publicidad