El costo de la voluminosa deuda pública mexicana, tanto interna como externa, aumentará 30% en 2023, lo que pone en aprietos al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y afecta sus planes en el último tercio de su mandato que culmina en 2024.

Según el proyecto de presupuesto entregado por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, para su discusión en las próximas semanas, el próximo año, se requerirá el equivalente a unos 54 mil millones de dólares para cubrir las obligaciones financieras del gobierno federal.

El ciclo alcista de las tasas de los últimos meses, que se prevé continúe en lo que resta del año y los programas de apoyo a ahorristas y deudores de la banca representa una vuelta de tuerca más al complicado margen de maniobra de las autoridades.

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Para afrontar este desafío sobre un débito neto del gobierno 10.8 billones de pesos (unos 500, 400 millones de dólares), se requeriría ampliar el déficit presupuestario, por lo que se pasará de un superávit de 0.1% del Producto Interno Bruto para este año a un déficit primario de 0.2%, según las previsiones oficiales.

Los certificados de la tesorería (CETES) a 28 días, que sirven de referente para todo el sistema, y son los principales instrumentos de deuda, se estimaban inicialmente este año en 5% pero para 2023 serían de 8.9%.

Para el año entrante, se prevé una tasa de interés real acumulada de 6% respecto frente al 1.7% previsto en el Presupuesto de Egresos de 2022.

La “fragilidad asociada a la inflación, el incremento de las altas tasas de interés, el enfriamiento de la economía global y los bajos niveles de inversión en los últimos años” complicarán el panorama financiero del gobierno para el próximo año, señaló Alejandro Saldaña, del banco Ve por Más.

El especialista Victor Piz señaló que, “en un entorno de austeridad y compromisos de gasto en programas de bienestar y proyectos de infraestructura”, como el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas, difícilmente el gobierno cumplirá la meta de alcanzar un crecimiento económico de 3% en 2023, contra 2,4% proyectado para 2022.

El Tren Maya, de 1,500 kilómetros de largo, que recorre 5 estados del sureste del país y lleva gastados casi 14 mil millones de dólares y la refinería, ubicada en Tabasco, que ha duplicado su costo al doble de lo proyectado, hasta los 16, 800 millones de dólares, son los proyectos estelares del gobierno.

Los expertos consultados por Citibanamex, filial mexicana del conglomerado financiero estadounidense Citigroup, consideran que difícilmente el país crecerá por arriba del 1.4% el año próximo, la mitad de lo previsto por el gobierno.

Piz sostiene que “el escenario base considerado para las estimaciones” del ministerio de Hacienda “contempla una desaceleración de la economía estadounidense, pero no una recesión”.

Victor Ceja y Alejandro Fajardo, de la operadora de fondos Valmex, consideran que “la sobreestimación del crecimiento es un riesgo para el cumplimiento de las metas fiscales, pues si la economía crece menos de lo estimado, la recaudación tributaria también será menor y el déficit público podría ser mayor”.

Pamela Díaz, economista para México del banco francés BNP Paribas, Pamela Díaz Loubet, estima “la proyección de crecimiento para el próximo año está sobreestimada” alrededor de 0.6 puntos del PIB.

La propuesta de ingresos y gastos “privilegia la prudencia fiscal y mantiene prácticamente estable el nivel de la deuda pública como proporción del PIB” pero “el escenario económico está construido sobre supuestos optimistas de crecimiento y producción petrolera, en un entorno de mayor incertidumbre global”, señaló Piz.

“El riesgo es que los ingresos previstos sean insuficientes y comprometan el cumplimiento de las metas de balance fiscal”, afirmó. El proyecto de presupuesto para 2023 “es optimista y eventualmente puede requerir recortes de gastos”, estimó a su vez Carlos Morales, director de deuda soberana de Fitch Ratings.

El secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O señaló dijo la iniciativa se diseñó fue “bajo los principios de austeridad, eficiencia y racionalidad en el gasto”.

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