Las actuales proyecciones sobre el envejecimiento de la población mexicana estiman que en el 2050, 23 de cada 100 habitantes serán adultos mayores, según información del Consejo Nacional de la Población (Conapo).

La situación no es exclusiva de México, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronostica que en el año 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado (2,100 millones) y que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones.

¿Qué implica la vejez?

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La vejez, implica un mayor riesgo de enfermedad y con una esperanza de vida mayor, lo que nos lleva a mayores requerimientos económicos por un periodo de tiempo más prolongado. En nuestro país tenemos un sistema de cuenta individual, en donde cada uno de nosotros somos responsables de cuidar nuestro ahorro para el retiro, y esto, no es cosa menor, ya que tampoco, existen como en las generaciones apoyo de hijos o familiares, debido a que se redujo la tasa de natalidad.

La OMS considera que “más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas”, y todo ello, hay que tomarlo en cuenta, desde la juventud para que se tome acción para incrementar el ahorro para el retiro.

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Necesitamos como sociedad trabajar en armonía, incluso, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable.

La Década del Envejecimiento Saludable tiene como objetivo reducir las desigualdades en materia de salud y mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades a través de la acción colectiva en cuatro esferas: cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar en relación con la edad y el edadismo; desarrollar las comunidades de forma que se fomenten las capacidades de las personas mayores; prestar servicios de atención integrada y atención primaria de salud centrados en la persona, que respondan a las necesidades de las personas mayores; y proporcionar acceso a la asistencia a largo plazo a las personas mayores que la necesiten.

¿Qué puedo hacer desde mi trinchera?

En primer instancia, se requiere “mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, mejorar la capacidad física y mental y retrasar la dependencia de los cuidados”, según la OMS.

El otro aspecto que está en nuestras manos es cuidar la Cuenta Individual, es decir, tu cuenta de la Afore (Administradora de Fondos para el Retiro), al cierre de junio del 2022 la Comisión Nacional del Sistema del Ahorro (Consar) informó que se contabilizaron 53’066,559 cuentas de trabajadores registrados y 71’410,308 cuentas administradas por las Afore, y una de ellas, puede ser la tuya.

Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021 desarrollada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) “tener una cuenta de retiro puede ser esencial para asegurar una calidad de vida adecuada al momento de retirarse de la vida laboral, pues permite mantener estabilidad financiera en la vejez. Por ley, cualquier persona trabajadora dada de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) cuenta con una Afore, por lo que en la mayoría de los casos los tenedores de estas cuentas son trabajadores formales”.

Se observa en la ENIF 2021 que “la tenencia de Afores es mayor entre los hombres (49%) que entre las mujeres (31%), proporciones que se han mantenido sin cambio entre 2018 y 2021. Estas diferencias podríanreflejar en gran medida las diferencias en la participación laboral entre ambos sexos. Al considerar a la población con trabajo remunerado al momento del levantamiento, se observa una mayor penetración de estos productos. El porcentaje de la población con una cuenta de ahorro para el retiro es mayor entre las personas de 30 a 59 años, lo que es consistente con su mayor nivel de participación laboral en comparacióncon las personas más jóvenes y personas adultas mayores”.

Una de las características del Sistema de Ahorro para el Retiro en el país, es que las personas tienen la oportunidad de realizar aportaciones voluntarias a su Afore con el fin de potenciar los recursos recibidos al momento de su retiro. De acuerdo con los resultados de la ENIF 2021, alrededor del 6% de la población con una cuenta de ahorro para el retiro realiza aportaciones voluntarias. Este porcentaje, aunque aún reducido, representa un avance en comparación con lo reportado en 2018 y está concentrado principalmente entre la población con mayor nivel educativo.

Cerca del 50% de la población que no realiza aportaciones considera como principal razón para no hacerlo que no le queda dinero para ahorrar. Por otro lado, existe una parte importante de esta población que ofrece como razón no saber cómo hacerlo (18%) o desconocer las ventajas (12%).

Es necesario, que los trabajadores tomemos acción con el ahorro voluntario, desde jóvenes, aunque sean cantidades pequeñas, lo importante es empezar y desarrollar un hábito en la cultura previsional de largo plazo y que además cuidemos nuestra cuenta con la Afore, como ese árbol que nos dará oxígeno durante la jubilación.

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