Deutsche Bank ve oportunidades en México donde otros bancos de inversión no las ven.

El banco alemán está expandiendo sus operaciones en la segunda economía más grande de América Latina, con miras a aprovechar el interés internacional en la base manufacturera del país, dijo Christiana Riley, directora ejecutiva de Deutsche Bank Americas. Eso significa enfocarse en proporcionar más derivados de divisas y renta fija a clientes corporativos, dijo.

La expansión contrasta fuertemente con la de los bancos, incluidos UBS Group y Credit Suisse, que en los últimos años han buscado reducir sus operaciones en México, a medida que buscan reducir costos y salir de mercados secundarios. Citigroup está vendiendo su unidad minorista, Banamex, mientras conserva su negocio de banca corporativa y de inversión.

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“El volumen de inversión entrante está impulsando la necesidad de soluciones adicionales en materia de divisas y gestión de riesgo”, dijo Riley en una entrevista desde las oficinas del banco en Ciudad México. Con respecto a los recortes de empleo que enfrenta gran parte de la industria, dijo que el banco se centró en ver a quién podrían contratar, a medida que otras empresas despidieron personal en México y Estados Unidos.

El peso mexicano cotiza cerca de un máximo de cinco años y las acciones locales han tenido un fuerte comienzo de año, respaldadas por señales de que cada vez más empresas están reubicando fábricas a México para aprovechar su ubicación cercana a Estados Unidos, una tendencia conocida como nearshoring. Los parques industriales de la nación se están beneficiando de esta tendencia, con demanda de empresas de países como China, Italia, Alemania y Corea del Sur.

Tras reducir su presencia en 2016, el banco con sede Fráncfort comenzó a reconstruir su unidad comercial el año pasado, con Marliz Mejía como directora general de Deutsche Securities México. Mejía dijo que las operaciones locales, con una plantilla de 30 personas, estaban respaldadas por 120 millones de euros (128 millones de dólares) de inversión de capital. La oficina comenzará este año a atender a clientes institucionales locales como fondos de pensiones, señaló el martes.

Mejía advirtió que los riesgos para el peso incluyen los efectos colaterales de una recesión en Estados Unidos o una medida del Banco de México (Banxico) para desvincularse de la senda de alzas de tasas de la Fed. Las elecciones del próximo año también introducirán volatilidad en el peso, dijo.

Sin embargo, Mejía afirmó que aún no hay señales de que los inversionistas se estén cubriendo de un gran movimiento en el peso debido a las elecciones. Tampoco ha visto el uso arriesgado de derivados que generó grandes problemas en empresas mexicanas como Cemex y Comercial Mexicana a raíz de la crisis financiera de 2008.

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