México tiene la hamburguesa McDonald’s más cara de América Latina, por debajo de Venezuela, Guatemala, Perú, Honduras y Colombia, de acuerdo con el Índice Big Mac, una revisión de la revista The Economist que compara el poder de compra de las monedas de distintos países.

Pocos productos se consiguen casi con la misma cantidad de ingredientes en tantas partes del mundo como la Big Mac, la icónica hamburguesa de la cadena de comida rápida McDonald’s. Su tamaño, sus ingredientes y hasta el tiempo que esperas para que te la entreguen son prácticamente iguales en cualquier país, por eso la revista The Economist la usa desde hace 37 años como referencia para observar el valor de las monedas entre países.

El ejercicio está basado en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPP, por sus siglas en inglés), y como toda teoría económica tiene que ser observada, analizada e interpretada con matices y, sobre todo, bajo el lente de la temporalidad.

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En economía todo “depende” de muchos factores. El Índice Big Mac es sólo una pista del nivel de desalineación de valor del peso mexicano, el colón costarricense, el rublo ruso y cualquier otra moneda del mundo.

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Big Mac y el valor de las monedas

Al cierre del 2022, la Big Mac en México tuvo un precio de 79 pesos, mientras que en Estados Unidos fue de 5.36 dólares. La conversión da un tipo de cambio implícito de 14.7 pesos por dólar, pero el tipo de cambio oficial en el mercado rodea los 18.8 pesos por dólar, de acuerdo con las consultas de The Economist.

Como la teoría PPP dice que el tipo de cambio debe estar determinado por los bienes y servicios que se pueden comprar con el dinero en cada país, bajo esta teoría el peso mexicano tiene un valor 21.8% más bajo del que debería. Siempre, por supuesto, siguiendo la ruta propuesta por la publicación londinense.

Adicionalmente, se hace un cálculo ajustado al PIB per cápita de los países. Esto porque se supondría que los precios promedio en los países más pobres son más bajos porque los costos laborales también lo son. Este ajuste permite ver una pista más razonable o más precisa del valor que deberían tener las monedas de cada país.

Con este ajuste, el peso mexicano tendría un valor sólo 6% más bajo del que debería.

Hola, inflación

La Big Mac y la serie histórica del ejercicio de The Economist son una manera sencilla para entender cómo los precios se comportan. Spoiler alert: siempre al alza.

Ya muchos economistas alrededor del mundo se confesaron: subestimaron por allá del 2020 los efectos inflacionarios como presión sobre la economía global. Ahora, casi al cierre del primer mes del 2023, todos los bolsillos sienten la inflación, unos con más fuerza que otros.

Los registros de inflación en México sugieren que algunos de los ingredientes de una hamburguesa clásica se han encarecido a doble dígito en sólo un año.

Veamos diciembre del 2023:

El pan blanco costó 27.1% más que en diciembre del 2022.

La mayonesa y la mostaza, 22.2% más.

La lechuga, 21.6% más.

El queso amarillo, 13.9% más.

La carne de res, 7.9% más.

El tomate, 5.0% más.

Estos cálculos los procesó El Economista con cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Las tasas de inflación son también diversas en cada país debido a que el contexto económico-social y las políticas para enfrentar la ola inflacionaria son distintas.

En México, por ejemplo, la comida fue el rubro que registró los aumentos de precio más fuertes. En países de Europa, el gas, la electricidad y los combustibles son lo que más ha encarecido.

Por el vínculo directo que tienen los tipos de cambio con la inflación y las tasas de interés (como parte de la política monetaria), la capacidad de poder adquisitivo no es suficiente para determinar el valor de una moneda, pero puede dar pistas.

Al cierre del 2022, México cerró con una tasa de inflación de 7.82% y un tipo de cambio cercano a los 19 pesos por dólar. El peso es una de las monedas emergentes que más han recuperado valor en el inicio del 2023, pero el programa gubernamental para aliviar la inflación todavía no es suficiente.

El Índice Big Mac de The Economist no es más que un ejercicio teórico, pero ofrece una oportunidad para analizar el comportamiento de las monedas en distintas partes del mundo y su capacidad adquisitiva. Quizá no sea tan divertido como comer una hamburguesa, pero puede ayudar a entender por qué cuestan lo que cuestan.

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