Frente a la alta inflación y el aumento de la tasa de interés, la elevada volatilidad e incertidumbre geopolítica internacional, ahora es el mejor momento para invertir en Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), afirmó Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.

“Los Cetes Directo no solamente tiene bonos de tasa fija como los M bonos, sino también tiene Udibonos que están indexados a la inflación y esto permite la protección contra la expectativa de incrementos de precios que se han estado observando alrededor del mundo”, explicó.

Añadió que Cetes Directo también tiene instrumentos de tasa revisaba como el nuevo Bondes F, que está aprobado en el portafolio.

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“Queremos buscar la transformación de la inclusión financiera a la cual contribuye Cetes Directo. No está pensado solamente en un ahorro recurrente, que tiene una tasa de interés como un pagaré o algo así o un depósito, sino ya pensar si va a haber movimientos de tasa, movimientos de mercado, situaciones de volatilidad interna y externa, que pudieran llevarnos a decidir exactamente en dónde invertir nuestros recursos”, externó.

Durante la presentación de Cetes Directo, el funcionario indicó que el instrumento no hace recomendaciones de inversión, pero sí provee los instrumentos necesarios para que las decisiones que tomen los inversionistas los ayuden a protegerse de acuerdo con el diagnóstico que ellos hagan sobre ese tipo de movimientos en los mercados.

Entre las bondades de Cetes Directo está el que ofrece una tasa superior a la que se ofrece en mercados internacionales sin estar pagando comisiones, y que las decisiones que tomen los inversionistas están protegidas por el Gobierno de México, recalcó.

Oscar Rosado, presidente de Condusef, explicó que como parte de las Jornadas de Educación Financiera se presentó la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los hogares del Inegi y Banxico de 2019, reveló que 65 por ciento manifestó que su fuente de pago ante un imprevisto equivalente a un mes de ingresos, provendría de préstamos de amigos y familiares y el 36 por ciento del empeño; el 22 por ciento solicitaría un aumento de sueldo, y solamente el 20 por ciento lo tomaría de sus ahorros. El crédito quedó como última opción con 18 por ciento.

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