En lo que va del año, inversionistas extranjeros se han deshecho de 12,700 millones de dólares de bonos y acciones de mercados emergentes, de acuerdo con información recabada por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). Se trata de la mayor liquidación para un periodo similar desde que estalló la pandemia en 2020.
La desinversión se ha mantenido constante durante seis meses desde marzo a julio y de nuevo en septiembre, al confirmarse el avance de Rusia sobre Ucrania con su impacto de nuevo en las cadenas de suministro, de por sí afectadas por la pandemia, así como en los precios de alimentos y energéticos, coincidieron estrategas convocados por el IIF en su Reunión Anual.
De acuerdo con Ana Jelenkovic, Directora de estrategia de mercados emergentes en la administradora de fondos Marathon Asset Management, la proximidad de los emergentes con alguno de los eventos que están generando incertidumbre, es la guía para las decisiones de mantener títulos o deshacerse de ellos.
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Para los mercados de América Latina, que están lejos del conflicto bélico y han sido beneficiados por el alza de precios en commodities, el panorama es más selectivo, consignó.
La información del IIF muestra que al comparar las regiones emergentes del mundo, en efecto son los mercados de América Latina los únicos que han logrado captar capitales en lo que va del año, al registrar entradas de 16,200 millones de dólares, mientras los demás emergentes acumulan salidas de capital.
Premio emergente, otro distintivo
Con ella coincidió Gorky Urquieta Director ejecutivo y administrador senior de mercados emergentes globales en Neuberger Berman, quien explicó que el mayor premio que están otorgando los mercados emergentes permite una diferenciación por parte de los inversionistas.
Es decir, están distinguiendo entre las vulnerabilidades y factores macroeconómicos como la resistencia a los choques mundiales y la fortaleza de sus divisas, para mantener posiciones o deshacerse de ellas.
Al participar en una de las conferencias del cuarto día de Reuniones del IIF, que es la mayor asociación de instituciones financieras de operación global, también convinieron en que la preocupación por una Fed más agresiva también está alimentando la volatilidad.
