Una de las principales características de una cerveza es que mantiene las propiedades de sus ingredientes naturales, aun cuando es resultado de un complejo proceso de elaboración que brinda un producto hecho en México con calidad, presencia internacional y valor para la economía nacional.

El proceso para obtener cerveza es ancestral, no obstante, el paso de los años y la tecnología, preservan la base de su elaboración mediante la unión de cuatro ingredientes naturales que pasan por un proceso de fermentación. Tomando en consideración esto, su evolución se ha orientado a diversificarse enriqueciendo características, estilos y sabores, para brindar diferentes perfiles que conecten con una diversidad de gustos. 

La producción de cerveza podría percibirse simple al ser un proceso natural, sin embargo, es considerada por diversos especialistas como uno de los más complejos en el universo de bebidas fermentadas y destiladas. Los productores en México a pequeña o gran escala, realizan importantes esfuerzos para cuidar que se conserven los atributos y nutrientes de la cebada, la levadura y el lúpulo, a la par que cubrir las expectativas desde los paladares que prefieren experimentar, hasta aquellos que son fieles a un estilo específico.

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La agroindustria cervecera se encuentra como una de las industrias biotecnológicas más antiguas y en México fue de las primeras que se desarrolló a escala comercial, evolucionando de ser una técnica a un proceso profesional y estandarizado.

En los últimos años los métodos de elaboración de cerveza han tenido importantes cambios, impactando positivamente en la generación de un producto con gran valor no sólo por su sabor y calidad, sino en todas las actividades económicas en torno a su producción. La inversión en tecnología ha permitido lograr un aumento en el rendimiento de los cultivos mexicanos de cebada, obteniendo más y mejores granos. Por medio de modernos equipos con sensores de medición, se logra una mayor eficiencia en el malteado de la cebada, que brindará el color y sabor, así como un control eficiente de la fase de fermentación para mantener la baja graduación que caracteriza a la cerveza.

Se trata de una bebida que apasiona a pequeños, medianos y grandes productores, quienes se dedican con esmero a evaluar granos, tamaño, aroma, humedad, a la par que controlar temperaturas para garantizar altos estándares, a través de conocimientos especializados, como bioquímica, microbiología y estadística. 

La agroindustria cervecera tiene la fortuna de contar con especialistas calificados de experiencia nacional y en el extranjero, quienes logran el cumplimiento de parámetros internacionales para cada estilo cervecero, brindando en cada botella, lata o barril, el mismo sabor, color y aroma.

Y para muestra basta un botón, desde 1996 se lleva a cabo la World Beer Cup, concurso a nivel mundial en el que participan más de 10,000 etiquetas cerveceras, y en el cual las mexicanas han sido premiadas en más de 15 ocasiones. 

La cerveza es única en su proceso y por sus cualidades. Esto se logra gracias al esfuerzo de más de 720 mil mexicanos que participan en la producción, así como en toda la cadena de valor. Para la agroindustria es importante mantener la optimización e inversión en el campo, de igual forma que en los procesos de elaboración, envasado y distribución, para lograr la eficiencia y sustentabilidad que mantenga a México como sinónimo de calidad cervecera y competitividad.

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