El crecimiento económico de toda la eurozona se ralentizará al 2.7% en 2022 y un 2.3% en 2023, según el pronóstico de la Comisión Europea como efecto de la contiende bélica en Ucrania.

La guerra en Ucrania supone un grave revés para la recuperación económica de Europa, ya muy afectada por la paralización que implicó la pandemia de coronavirus.

Los datos se refieren al trimestre comprendido entre marzo y mayo, recortando las estimaciones anteriores de febrero, que daban el Producto Bruto Interno (PBI) en 4% en 2022 y en 2.7% en 2023.

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La inflación, por su parte, vuela a niveles récord. En 2022 alcanzará el 6.1% (frente al 3.5% esperado en febrero), impulsada por los precios de la energía. En 2023, se espera una relajación al 2.7%.

La invasión rusa de Ucrania “está exacerbando los vientos en contra que antes se esperaba que amainaran”, señaló Bruselas.

Otro efecto económico significativo de la guerra es la alteración de la estructura productiva de los países afectados.

Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), difundido en los últimos días, sostiene que los efectos de la guerra se harán sentir en 3 planos: una mayor inflación derivada del alza en los precios de los alimentos y la energía; problemas en el comercio internacional y las cadenas de abastecimiento y una mayor incertidumbre en los mercados.

Rusia y Ucrania son importantes productores de materias primas, y las perturbaciones provocaron una escalada de los precios mundiales, sobre todo del petróleo y el gas natural.

Además, los costos de los alimentos se dispararon. El trigo, del que Ucrania y Rusia exportan un 30% mundial, alcanzó precios históricos”, indicó el organismo internacional.

Ambos países son claves en bienes esenciales como alimentos, energía y fertilizantes, suministros que ahora se ven amenazados con paralizaciones en los embarques de granos en los puertos del Mar Negro y potenciales consecuencias en la seguridad alimentaria de los países pobres, explicó, por su parte, un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

También, deben tenerse en cuenta los cuatro paquetes de sanciones aplicados a Rusia por la Unión Europea. El bloqueo de las reservas internacionales de divisas del Banco Central Ruso es una de las más severas, además de las restricciones a la exportación de armas y tecnología de doble uso.

A ellas se suman las sanciones individuales, referidas al congelamiento de activos en la UE del presidente ruso, Vladimir Putin, y de políticos y empresarios cercanos a él.

Teniendo en cuenta estos impactos, la CE estima que este año Alemania registrará un crecimiento del PIB del 1.6%, el nivel más bajo entre los 27 países, si se excluye a Estonia, para el que se espera un aumento del PBI del 1%, y lo mismo indica Finlandia.

La estimación formulada por la Comisión Europea recorta así en dos puntos la previsión realizada en febrero, cuando el crecimiento del PBI de Alemania se estimaba en un 3.6%.

También recorta los pronósticos de crecimiento de Italia, ya que se espera que el PBI caiga al 2.4% en 2022 y al 1.9% en 2023, en comparación con el 4, % y el 2.3% previstos en febrero, debido al impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania que pesa sobre las cadenas de suministro y los precios.

En el pronóstico de marzo a mayo, Bruselas informó que “la mayor parte del crecimiento de Italia” para 2022 es “atribuible a un efecto de arrastre” vinculado a la “rápida recuperación” registrada en 2021.

Debido al contexto geopolítico actual, “las perspectivas siguen sujetas a pronunciados riesgos a la baja”, indicó.

“El PBI real italiano -explicó Bruselas- se contrajo en el primer trimestre de 2022 y las perspectivas a corto plazo siguen siendo modestas, ya que las repercusiones económicas de la agresión militar rusa contra Ucrania afectaron la confianza económica y exacerbaron los obstáculos existentes para la expansión”.

“El regreso de la economía” de Italia “a los niveles de producción anteriores a la crisis se pospone para la segunda mitad de 2022”, señaló la Comisión Europea.

También indicó que “la economía debería volver a una senda de expansión más sostenida el próximo año, gracias a las inversiones del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) financiadas por el Fondo de Recuperación”.

El comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, subrayó hoy que la tasa de inflación a la que se enfrenta Europa es “la más alta de la historia de la unión monetaria” y lo relacionó con el actual conflicto bélico en Ucrania.

En promedio, el PBI de los países europeos seguirá siendo positivo, pero “la guerra aumentó drásticamente la incertidumbre y afectó gravemente la confianza de familias y empresas”, sostuvo.

Agregó que la UE “se estaba sacudiendo del golpe de la pandemia”, cuando la crisis de Ucrania “agudizó los vientos en contra del crecimiento”.

“Será una prueba para la resiliencia de Europa”, concluyó.

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