La emergencia sanitaria por la Covid-19 ha venido acompañada de otra pandemia: la del desgaste en la salud mental. Pero a nivel organizacional hay un pendiente, la generación de entornos de confianza para que los trabajadores comuniquen cómo se sienten realmente. Durante 2021, la mitad de los jóvenes con estrés, ansiedad, depresión o insomnio se tomaron un respiro del trabajo, pero inventaron otro padecimiento para justificarlo.

De acuerdo con estadísticas de la plataforma Cuéntame, el 50% de los jóvenes trabajadores en México pidió algunos días para ausentarse de su trabajo por problemas de salud mental a lo largo del año pasado, pero le dio a su empleador un dato distinto para justificar su ausencia, como problemas de gastritis, colitis o migraña.

“Todavía hay estigmas muy altos, si bien los jóvenes tienen más oportunidades de hablar de salud mental y hay más sensibilidad, sigue habiendo un tabú, un estigma muy fuerte. Asociamos el concepto de salud mental con debilidad. Pero es algo completamente normal, que todos tenemos y lo que hay que entender es que esto es fluctuante, no siempre estamos en un estado súper óptimo”, expone en entrevista Regina Athie, CEO de Cuéntame.

Anuncios

Te puede interesar: Banco del Bienestar, Enso, JP Morgan y Autofin, entre las entidades sancionadas por la CNBV

Desde la perspectiva de la especialista, parte de estos estigmas en torno a la salud emocional se relacionan con liderazgos tradicionales que no muestran vulnerabilidad. ¿Qué dirá mi jefe? ¿Habrá repercusiones por ausentarme? Son preguntas que impiden que las personas hablen en la empresa sobre su situación mental y generalmente se presentan cuando al interior de la organización nunca se ha hablado sobre la importancia del bienestar emocional.

El estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio son sólo algunas afectaciones que se han disparado en México a la par de la pandemia de Covid-19 y las condiciones, ambientes y situación laboral han incidido en buena medida en esto, como las sobrecargas de trabajo, la extensión de las jornadas laborales, los malos liderazgos, la incertidumbre en el empleo, el temor al contagio, entre otros factores.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), nuestro país ocupa el primer lugar en padecimientos de ansiedad y el tercero en depresión entre los miembros de la organización. La pandemia triplicó las afectaciones en salud mental en México.

En 2021, según las cifras de la plataforma Cuéntame, siete de cada 10 empleados padeció de estrés elevado todos los días. A pesar de esto, el ambiente aún es de desconfianza para comunicarlo y pedir ayuda.

Paradójicamente, los líderes también han padecido los efectos de la pandemia en la salud mental, el 60% de ellos terminó el 2021 con un estado de burnout. Lo que representa la oportunidad para redefinir los modelos de liderazgo y diseñar espacios de confianza en el que todos expresen sus emociones.

“Hay que redefinir cómo vemos a los líderes. Empezar a ver un líder vulnerable y que la vulnerabilidad no la asociemos con un tema de debilidad, sino con humanidad. Los líderes que se abren con su gente y expresan lo que sienten, el equipo se identifica mejor con ellos porque se unen como ser humano y eleva el engagement con el liderazgo”, afirma Regina Athie.

Líderes vs. trabajadores

Hay una brecha de percepción entre los líderes y los colaboradores sobre la gestión de las afectaciones a la salud mental durante la pandemia. De acuerdo con el Instituto de Investigación de Capgemini, mientras el 72% de los jefes piensa que sus empresas fueron capaces de cuidar la salud física y mental de su fuerza laboral, sólo el 49% de los trabajadores coincidió con esta afirmación.

“Además, solo 34% de los trabajadores afirma que sus organizaciones están trabajando activamente en iniciativas para reducir los niveles de agotamiento”, se destaca en la investigación.

Para Regina Athie es importante que los líderes transmitan seguridad psicológica hacia sus equipos de trabajo, que permita a los colaboradores expresarse sin temer a que haya una repercusión.

“Se puede presentar un círculo vicioso. Si tú como empresa no abres la conversación en torno a la salud mental, la gente no se acercará contigo y no sabrás que necesitan el apoyo y se irán de la empresa en cuanto puedan. Esa es la importancia de abrir la conversación en los espacios de trabajo, de capacitar a los líderes en lo básico de salud mental y que las empresas tengan los recursos para los colaboradores puedan acercarse”, señala la especialista.

Publicidad