Al contrario de lo que se dice en algunos medios de comunicación, y con creciente frecuencia en las redes sociales veracruzanas, este portal informativo no considera que los incrementos delincuenciales en la entidad puedan ser adjudicados directamente a la incipiente gestión del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

Aquí se ha dicho en varias ocasiones que la lucha contra las bandas del narcotráfico y otros grupos criminales de esa envergadura, es un tema que necesariamente se dirige desde el palacio nacional, con el respaldo de las fuerzas federales y con intervención logística de las autoridades hacendarias y otras instancias como gobernación y seguridad pública centrales.

Al ingeniero Cuitláhuac García no se le puede adjudicar ni el aumento de ese problema ni su posible disminución. Al ejecutivo estatal se le debe cuestionar en torno a los graves asuntos de origen y destino estatal, los domésticos, que son muchos más que los que su administración parece percibir hasta ahora. 

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Seguramente sus colaboradores están en la etapa de la jauja del primer cargo, en que a toda costa tratan de colocar a sus equipos de campaña y dilectos enviados del Ejecutivo. Por eso el despido de miles de trabajadores que les resultan incómodos o no merecedores de la continuidad laboral. Allí, y esto nadie puede negarlo, se están cometiendo graves e inhumanos excesos contra la masa burocrática, que pasarán factura política en el momento menos pensado. 

Otro caso convertido en conflicto, que va a tener sus bemoles, es el del Museo Interactivo de Xalapa (MIX), cerrado por equivocada y torpe decisión unipersonal y que ojalá corrija pronto el mandatario estatal. 

Otro más, ya de escándalo internacional, es el de los policías estatales que fueron a la comunidad de Santa Rosa en el municipio de Actopan, a cometer un grave atropello y abuso contra veracruzanos radicados en Estados Unidos y que vinieron a pasar las fiestas de fin de año con sus familiares y amigos. En el pueblo se dice que los valientes uniformados invadieron propiedad ajena, agredieron, golpearon y hasta humillaron (metiendo en un charco de orines policiales) a los infortunados viajeros. Tuvo que intervenir enérgicamente la Embajada Norteamericana para que liberaran horas después a nuestros propios paisanos visitantes de origen actopeño. 

Terrible y vergonzosa pifia. Y fue bueno que Cuitláhuac pusiera orden en ese asunto y ordenara una investigación al respecto.

Pero lo que dejan estas primeras semanas del cambio de gobierno, es la sensación de que Cuitláhuac García debe apretar las riendas en las diferentes áreas y empezar a exigir resultados a los secretarios nombrados, antes de que la hastiada sociedad comience a pedir remociones o consultas para calificar actuaciones.

Hasta ahora sólo los secretarios de gobierno y de salud parece que están asumiendo las responsabilidades que les corresponden. Quizá los demás funcionarios estén esperando que se publique el Plan Veracruzano de Desarrollo allá por el mes de julio, para entonces ponerse a estudiar lo que allí se establezca, y si lo entienden, localizar raudamente los elementos indispensables para cumplir con tareas y objetivos. 

Y claro, tienen seis largos años para el aprendizaje y para brindar resultados. No hay prisa. Duarte no hizo nada; Yunes tampoco. Los veracruzanos se están acostumbrando a la mediocridad gubernamental.

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