Si lo que el presidente López Obrador proclama y promete va en serio, el pasado fin de semana en Xalapa, debió dar un fuerte golpe en la mesa y ordenar a Hipólito Rodríguez que deje de fallarle a la ciudadanía, que entregue resultados, o que mejor vaya a hacer lo que sí sabe. Y si insiste en participar en la política, que aprenda a atender las obligaciones contraídas con la sociedad.

Pero aprovechando el anuncio de creación de nueve universidades en Veracruz, López Obrador podría enviarlo a dirigir una de ellas y a preparar profesionistas, considerando que el alcalde de la capital veracruzana conoce bien los asuntos educativos.

En junio de 2017, después de la elección municipal, este portal dedicó un editorial al ahora alcalde. Con el título HIPÓLITO RODRÍGUEZ: PREPARARSE PARA GOBERNAR, en esa ocasión se dijo lo siguiente:

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“Por esta clase de circunstancias adversas, que se observan en todo el territorio…es muy probable que varios alcaldes electos, estén meditando en cómo llevar a cabo la organización del gobierno en sus municipios, y también, buscando a las personas que invitarán como colaboradores. Pero fundamentalmente, ponderando las acciones a desarrollar en los Ayuntamientos para disminuir la delincuencia, la impunidad y la corrupción.”

“Así mismo, estos alcaldes que entrarán en funciones el primero de enero del año próximo, deberán entender que no pueden comportarse como islas…”

“El alcalde electo de Xalapa, ha manifestado dos cosas que hay que aplaudir: Se retirará a la docencia y la investigación, una vez concluya su gestión municipal; también ha dicho que auditará la gestión de Américo. Dos grandes decisiones. Si las cumple cuando llegue el momento, demostrará ser un hombre honesto, sabio y congruente.”

Pero pasó un año e Hipólito pasó de largo respecto a los resultados con la población que dice gobernar. Parece que los únicos que no lo critican y presionan, sólo son los de su casa y los obligados colaboradores que invitó al Ayuntamiento, atentos a atacar en redes sociales a quienes observan y señalan sus tremendas pifias.

Quién sabe si la evidente mediocridad operativa de Hipólito, fue la causa por la que el sábado anterior decidieron no subirlo al templete junto al ejecutivo federal, como correspondía por su calidad de alcalde anfitrión. Era mejor no arriesgar a que algún expresidente del PRI o alguna mancha panista ensuciaran el evento de la Plaza Lerdo.

O también se puede pensar que ni siquiera estuviera contemplado para subirse, y mejor enviarle una señal de fastidio ante tantas y reiteradas fallas que perjudican a Morena, a Cuitláhuac y principalmente a AMLO.

Se sabe de buena fuente que Hipólito Rodríguez Herrero ha caído de la gracia de los jefes morenistas que ya desesperan ante la ineficiencia del alcalde de una de las principales capitales del país.

Xalapa lleva varias administraciones con ediles que no han estado a la altura de la importancia del municipio.

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