José Antonio Flores Vargas

El drástico cambio que debió realizar la cúpula priista el miércoles por la noche, refleja la preocupación que existe porque los candidatos a la presidencia y a las gubernaturas no están recibiendo el respaldo ni la aceptación de la población mexicana. La llegada del experimentado René Juárez Cisneros a la presidencia del PRI nacional, indica que los resultados entregados por su antecesor no fueron satisfactorios para Enrique Peña, el primer priista del país.

En Veracruz, el candidato José Francisco Yunes Zorrilla debiera tomar una decisión similar, por más dolorosa que le resulte. Aunque su amistad con Américo Zúñiga—el Clavillazo tropical—fue el factor que lo decidió a impulsarlo a la dirigencia estatal, ese simple hecho, como se esperaba, no condujo a ninguna parte, a pesar de las innumerables expresiones mediáticas en el sentido de que “Pepe va ganando”.

Anuncios

La realidad es que para ese nombramiento en Veracruz, Américo Zúñiga sólo tenía dos circunstancias en su favor: la primera, haber sido alcalde de la capital del estado. La segunda, ser amigo cercano del candidato. En la primera circunstancia, esa variable era o es incorrecta: Zúñiga perdió todas las elecciones que pasaron por sus manos. Y sobre su gestión, envuelta en fuertes olores de corrupción, existen importantes círculos sociales que repudian sus publicitados resultados como alcalde, que finalmente se convirtieron en espejismos de eficiencia cuestionada.

Y si se analiza el dato de la pretendida amistad, cómo es que puede ser bien evaluado un timorato líder priista, que sólo aspira a salir en los medios, y que ha olvidado movilizar a los electores hacia su causa. Debiera tener un gesto de honestidad y lealtad para decirle a su protector y amigo que no ha podido ni podrá con el paquete.

En este portal informativo se ha desvelado en diversas ocasiones la estatura real de este personaje experto en la simulación e inexperto en dar resultados positivos. Y sobre los posibles sucesores para enderezar la nave priista, se mencionó a uno de los mejores operadores políticos que ha habido en Veracruz. En el editorial MARCELO, EL MEJOR MARISCAL PEPISTA, se afirmó lo siguiente:

“Actualmente en Veracruz no hay más de tres grandes operadores políticos: Miguel Ángel Yunes Linares, Marcelo Montiel Montiel y el que usted quiera considerar en esta pequeña triada. Otro más, de igual calibre, es Fidel Herrera Beltrán, quien ahora está dedicado a otros menesteres.”

 “De Marcelo Montiel, los últimos acontecimientos estatales son los que están reflejando su verdadera estatura, que puede capitalizarse en el equipo de Pepe Yunes, y por tanto, en el de Pepe Meade.”

“Desde luego, debemos considerar, que para ser un operador político de este calibre, el susodicho debe poseer en el momento que se requiera, suficientes recursos de inteligencia, monetarios y sobre todo amplísimas redes que deberán funcionar como repetidores, aceleradores e “incrementadores” de audiencia, proselitismo, disciplina y apego a las directrices políticas del líder.”

 “Adicionalmente, esta semana nos enteramos por la prensa, que Marcelo es uno de los más cercanos amigos de a de veras del precandidato peroteño a gobernador. Y no olvidemos que alguna vez fue su coordinador de campaña al senado.”

“Ayer, la marea informativa nos brindó primero, que Meade en Boca del Río, alabó el excelente trabajo que en su favor realiza el Movimiento Territorial, que en Veracruz opera Marcelo.”

“Sin duda son tiempos de oro de Marcelo. Un regreso que quiere que esta vez sí sea con gloria. Pero el problema es que Pepe—debido a sus usuales ausencias e indefiniciones—, nadie sabe si le dará el nombramiento de mariscal de campo a Marcelo, personaje que sí puede operar holgadamente en todos los aspectos.”

Pepe Yunes ha tomado diversas decisiones equivocadas, que tiene todo el derecho a corregir. Y Marcelo es una persona que sabe ser enérgico y que sabe ser eficiente guía.

El candidato tricolor a la gubernatura debe ir desalojando los pesados lastres que lleva en su nave, si es que quiere llevarla a buen puerto. Américo Zúñiga es el más inútil, y sobre todo un completo peso pesado de las ineptitudes; un desconocido o irrelevante pastor en la mayor parte del estado.

Y si Pepe lleva 20 años haciendo carrera política, no sería justo que por soberbia, por caballerosidad mal enfocada o por amistad mal entendida, tenga que terminar sobre un terregal, en medio de un pantano o en el fondo de los mares políticos. Porque además de su persona, terminaría enterrando los sueños y aspiraciones de los aún miles de seguidores que le quedan en Veracruz.

Publicidad