En la conferencia mañanera del presidente López Obrador del 25 de febrero anterior, el ejecutivo federal dijo que se realizarán obras de reparación de caminos, principalmente los que conducen al norte de Veracruz. “Se van a construir y reconstruir todos los caminos del norte… Son de los caminos más abandonados de México, pero de años, los caminos de Tempoal, de Pánuco, llenos de baches…todo el norte.” 

López Obrador ha viajado innumerables veces por los deteriorados caminos de Veracruz, y es una evidente realidad, que los del norte, están catalogados entre los peores del país. Por eso no resulta extraño que en la gira de trabajo realizada por la entidad el viernes y sábado anteriores, insistiera en el tema, y ofreciera repavimentar la carretera Tuxpan-Tantoyuca-Tampico en una extensión superior a los 180 kilómetros.

El norte lleva muchos años olvidado, y la autopista Veracruz-Tampico, solo existe en algunos tramos, entre ellos, el recientemente concluido entre Totomoxtle y San Rafael. Por eso la gente del norte repite con disgusto que Veracruz solo llega hasta Tuxpan.

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El tramo de autopista Laguna Verde-Gutiérrez Zamora se construye a paso de tortuga o está detenido a causa de malas negociaciones, problemas ambientales y retrasos imputables a la concesionaria portuguesa Mota-Engil a cargo de los trabajos.

Ese tramo recién inaugurado de 48 kilómetros, ha sido motivo de quejas por insuficiencias técnicas y alta cuota de peaje. Aquí hemos señalado que dadas las peculiaridades que presenta la obra, no sería nada extraño que la oficina de la presidencia ordenara una revisión exhaustiva de la concesión carretera, del proyecto ejecutivo en proceso, de los costos e inversiones y de los constantes atrasos.

Y debiera ser de este modo, junto al otro tramo de autopista Tuxpan-Tampico, que tampoco tiene un buen avance.

En todo caso, la presidencia y el gobierno del estado deben reconstruir y poner en condiciones los caminos de esta entidad federativa. Los que se tienen, ahora deteriorados, peligrosos y solitarios, sirven más al crecimiento de la criminalidad, que a los propios veracruzanos y turistas que ya no quieren circular por caminos en esas condiciones.

Las actuales diez horas de viaje entre Xalapa y Tampico debido a malas carreteras, dificultan un moderno desarrollo de todos los municipios que utilizan ese trayecto. La distancia física y burocrática de la capital del estado con la población de la zona huasteca, por ejemplo, hace que esta gente se sienta más identificada con la ciudad de Tampico y con el desarrollo tamaulipeco.

El progreso y los programas de gobierno autorizados a Veracruz, deben llegar hasta los lejanos municipios de Pánuco y Pueblo Viejo, en específico, hasta el lindero fluvial con ese estado, que no es otro que el caudaloso río Pánuco.

Esperemos que el gobierno de AMLO haga realidad la terminación total de todos los tramos pendientes de la autopista Cardel-Tuxpan-Tampico y de la repavimentación de la carretera federal Tuxpan-Tantoyuca-Tampico, ofrecida este fin de semana por el mandatario mexicano. 

Y que Javier Jiménez Espriú, el cercanísimo secretario de SCT, tenga en alta prioridad la culminación de estas obras. Unas buenas pilas en el funcionario y seis años de trabajo serían más que suficientes. 

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