“¡Apúrate, huevón!” le gritaron desde un automóvil al secretario de infraestructura y obras públicas Julen Rementería, hace algunos meses, cuando una mañana visitaba la obra de pavimentación de la autopista Xalapa-Coatepec que reconstruye el gobierno de Veracruz.

El perplejo funcionario porteño escuchó el impertinente apremio del conductor del vehículo, pero no tuvo tiempo ni de contestarle. La fila avanzaba lentamente, mientras el incidente era registrado por los pocos trabajadores de la dependencia que reconocieron al atrevido viajero y que aún comentan el hecho.

Y es que el que se lleva, se aguanta, dirían algunos que todavía recuerdan cuando Julen llegó en diciembre pasado a esa dependencia, y su primera acción fue la de enviar sendas felicitaciones de Navidad y Año Nuevo al personal. Sin embargo, pasadas las navidades, apareció su incongruencia y falta de respeto por el ser humano, y Julen ordenó que gran parte de esos empleados felicitados por él días antes, fueran inmisericordemente despedidos de su trabajo el dos de enero siguiente, con el argumento de que eran igual de corruptos que el exgobernador Duarte.

Anuncios

Los cientos de trabajadores despedidos, entre los que había jóvenes y viejos, e incluso varias madres solteras, no pudieron ni ingresar ese día a recoger sus pertenencias de los escritorios, debido a la terminante orden. Fueron botados de esa dependencia, sin escuchar sus reclamos y sin reconocer sus derechos laborales.

A casi un año de esa pésima medida, que también se observó en todas las áreas de gobierno, los afectados están reclamando las liquidaciones económicas que la Ley contempla. Son cientos de millones de pesos, acumulados en laudos laborales que deben cumplirse.

Pero aparte de ese problema financiero, los despedidos, sus familiares y amigos cercanos, seguramente están esperando las elecciones de julio próximo para votar en contra del PAN y de todo lo que huela a Yunes y Julen, incluidos los candidatos tricolores, a quienes les cobrarán parte de esa factura.

Por eso Julen se ha apurado en apropiarse de todo tipo de obras inconclusas, como ha sido el caso del Túnel de Coatzacoalcos y del Libramiento de Cardel, adonde fue a poner la cerecita que faltaba y a organizar sendos actos a su jefe y pastor.

Pero lo más delicado es lo que ya se comenta de la obra cumbre que representa la verdadera tajada del león: los tramos de autopista que comunicará al norte de Veracruz. Una obra federal en la que Julen sí debe estar apurado, tratando de sacar la mejor utilidad de las obras de esos tramos carreteros faltantes entre Cardel y Ozuluama. Por lo pronto, los ambientalistas y ciudadanos de la zona de Laguna Verde a San Rafael, están registrando cuidadosamente las afectaciones al medio ambiente, las deficiencias constructivas, las vías de evacuación para el Plan de Emergencia Radiológico Externo (PERE) de la planta núcleo eléctrica  y los malos manejos en todo ese proceso.

¿Se estará apurando Julen en las gestiones ante el gobierno federal, para llevar a buen puerto (el de la zona conurbada de Veracruz-Boca del Rio) los beneficios contantes y sonantes de esa obra a concesionar?.

Ese podría ser el costo de una senaduría.

Publicidad