Es posible que el desaliento por la insensibilidad y la falta de apoyo oficial a los niños enfermos de cáncer en la región de Orizaba, sea el motivo principal por el que la señora María de los Ángeles Pírez de Diez hubiese decidido dejar la presidencia de la asociación altruista que durante muchos años encabezó en beneficio de diversas iniciativas enfocadas a los pequeños enfermos de cáncer en la zona central del estado de Veracruz. 

Osi Pírez de Diez -como se le conoce cariñosamente en Orizaba- es una entusiasta y generosa mujer que siendo muy joven se interesó en la labor social para los más desprotegidos de su tierra. Por más de 20 años fungió como presidenta de la Asociación Orizaba Propone A.C. (AOPAC), que entre sus logros en tres décadas ha respaldado a 600 niños enfermos de cáncer.

Desde la noche del domingo pasado, ella anunció su retiro de la presidencia de la asociación por estar cansada de luchar contra la corriente, pero en su despedida hizo este grave señalamiento que circuló en diversas instancias: “Es una lástima que el secretario de salud, doctor Roberto Ramos Alor, junto con algunos directivos del Hospital de Río Blanco, no quisieran voltear a ver las necesidades imperiosas que tiene este centro médico en general, que atiende a 56 municipios de la zona centro de Veracruz, pero sobre todo del área oncológica, donde la vida de tanta gente depende de ellos. Durante estos 33 años que estuvimos trabajando a favor de esta causa, nunca vi tanta indolencia”

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La señora Pírez ha estado afectada por la muerte de uno de los oncólogos que atendían a los niños en ese hospital, el doctor Arturo Moreno, fallecido hace pocos días a causa de la pandemia de coronavirus.

En el 2019 ella había criticado a Ramos Alor porque no llegaban los medicamentos oncológicos necesarios para prolongar las vidas infantiles. El desabasto en el hospital de Río Blanco puso las alertas en rojo. Incluso la Auditoría Superior de la Federación hizo fuertes observaciones al secretario de salud veracruzano por no haber ejercido recursos millonarios para adquisición de medicamentos para sectores no protegidos.

Por este tipo de problemas, grupos de padres de niños con cáncer en varios estados se han amparado, reclamando servicios médicos, hospitalización, insumos, tomografías, estudios y todo lo necesario para los pequeños enfermos. Cabe resaltar que, ante el juez de distrito en Córdoba, se ampararon 60 padres de familia de esta entidad, reclamando todos esos servicios y que no se les cobren los 90 mil pesos que exigen en el hospital, dado que los afectados son personas de escasos recursos. 

Como ya han afirmado diversas voces en Veracruz, todo indica que el sector salud le quedó demasiado grande al doctor Roberto Ramos Alor. Pero también es lamentable que en tiempos de carencias graves, de insuficiencias estructurales y poca participación altruista, el gobierno de Veracruz no tenga la sensibilidad para reconocer o motivar a los pocos y pocas líderes de la sociedad que aún están dispuestos a echar una mano a los cientos de miles de personas necesitadas que precisan el apoyo de instituciones solidarias de beneficencia como lo es la propia AOPAC. 

Poco puede esperarse del gobierno estatal actual, con un equipo mediocre, repleto de recomendados sin formación, capacidad, ni interés en resolver los problemas.

Veracruz sufre por la criminal desatención a todos estos casos de cáncer infantil. También debe sufrir por el cáncer burocrático que Cuitláhuac llevó a la secretaria de salud.

Además, ya fue sentenciado por Séneca: “Un mediocre jamás se recupera de un éxito.”

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