El 2 de octubre pasado, este portal publicó CUITLÁHUAC SALIÓ A CAZAR. En ese editorial se hicieron algunas reflexiones sobre el reiterado candidato morenista a gobernador. Aquel día, con Palabras Claras se dijo lo siguiente:

“Se sabe que el diputado Cuitláhuac García Jiménez ha sido uno de los políticos más cercanos a Andrés Manuel López Obrador en el partido MORENA. Desde hace algunos años, el político tabasqueño lo prepara para convertirlo en gobernador del estado de Veracruz.”

“El año anterior lo mandó a su primera guerra florida, enfrentándolo a dos poderosos contendientes por la gubernatura. Al final de la triste noche priista de ese 5 de junio de 2016, todos sabemos quién fue el que se llevó el triunfo. Pero el joven guerrero águila del peje, se llevó el segundo lugar, con más de 800 mil votos.”

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“Sin embargo, en semanas recientes se percibe la ausencia del principal morenista veracruzano. Pocas han sido sus salidas a los medios de comunicación. Si acaso su discreta participación el 31 de agosto pasado, cuando condujo a algunos políticos xalapeños al edén morenista.”

“Quizá Cuitláhuac, observando el complejo panorama morenista, prefirió salir a cazar tiempos mejores. Y es que para ser líder de un estado como Veracruz, además de suerte, hay que tener verdaderos tamaños ideológicos y de congruencia. La gente ya no cree todo lo que le dicen los políticos. Ya aprendió.”

“Esperemos que Cuitláhuac regrese de los alejados montes de la ensoñación. Ojalá que en esos bucólicos sitios, haya tenido reflexión en soledad y haya encontrado las claves para ganar la guerra por la gubernatura en 2018, donde por supuesto, no cabe la confianza exagerada, la autocomplacencia y la soberbia del que se siente ganador antes de la batalla.”

Lamentablemente para la causa morenista, hace pocos días hasta un dirigente y diligente pollo priista, se atrevió a asegurar que su gallo vencería con facilidad a Cuitláhuac. Pero en el campamento lopezobradorista, lo que se percibe es la falta de discurso del ingeniero, que también está acusando de falta de ingenio, de tablas y de interés por alcanzar el cargo que insiste en otorgarle Andrés Manuel y su cauda protectora.

Hasta ahora, después de varias semanas de brega política, el xalapeño se ha comportado como una tímida pejelagartija extraviada y camuflada entre las piedras del cerro. Además de ello, ya aburrió a la audiencia con su cansina expresión de “el bodoque del gobernador”, que más bien parece una muestra de flojera para hablar con propiedad política y con lenguaje de altura.

Cuitláhuac se comporta como un candidato que no creció en el discurso, aunque haya leído mil libros teóricos, que desde luego, no le servirían para resolver los múltiples problemas del estado. Imaginémoslo así de pusilánime y enfrentando como gobernador a un ávido y mañoso secretario de finanzas enviado por Andrés Manuel desde otros lares. ¡Adiós Madrid, dirían los de La parroquia!

Tal vez esa falta de protagonismo del candidato a gobernador morenista, se debe a que desde ahora rehúye al debate, que para fortuna de la democracia establecen las leyes electorales, y que lo obligarán, en su momento, a mostrar propuestas y si en verdad tiene tamaños de estadista.

Iremos viendo si Cuitláhuac regresó del monte, o si en su solaz holgazanería entre la verde hierba, sólo ha tenido tiempo para rezarle a sus dioses.

Pobre Veracruz.

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