El pasado 15 de septiembre Cuitláhuac García Jiménez habló del nuevo préstamo de mil cien millones de pesos que tramitó su gobierno. Y como piensa que la población es ignorante, al ingenioso doctor se le ha ocurrido afirmar que eso no es préstamo, sino que se trata de un adelanto de fondos federales del FAIS (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social). De inmediato el periódico Reforma y otros medios de comunicación criticaron el falso argumento del gobernador de Veracruz. 

Sin embargo, este dato ha causado preocupación a los veracruzanos, que se preguntan a dónde ha ido el presupuesto de los dos primeros años de gestión cuitlahuista, cuando en el territorio solo se ven pequeñas obras, algunos cientos de cuartos dormitorios, algunas pintadas de escuelas y “decenas de hectáreas” de áreas verdes y camellones de Xalapa y Veracruz a los que él y su equipo fueron a cortar la maleza en época de lluvias.

Pero la proclividad del mandatario al cuento rápido y a la promesa hueca parece que es estilo y costumbre.  En estos días se comenta esa historia de la reforestación en las faldas del Cofre de Perote, que se suma al conjunto de anuncios y compromisos que no se ve cuando serán cumplidos a la sociedad, a la que no le extrañan ese tipo de ejercicios orales de la gente de palacio.Una de las primeras mentiras de Cuitláhuac la dijo en su campaña a gobernador, poniendo de manifiesto su facilidad para la promesa irresponsable o imposible. El tema fue tratado por Palabras Claras en el editorial CUITLÁHUAC TLATOANI: 7,000 KILÓMETROS DE ROLLO, haciendo referencia al debate del 17 de mayo de 2018 en la estación de radio XEU de la ciudad de Veracruz. De ese evento de candidatos se comentó lo siguiente:

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“Cuitláhuac nos llevó por momentos al esplendor del imperio azteca…nos enseñó la grandeza del orador náhuatl de aquellos tiempos de grandes carreteras y atléticos tamemes, cargadores de esperanzas y realidades materiales. Y como el huey tlahtoani que ya se siente, le recetó al auditorio su proyecto para pavimentar siete mil kilómetros de carreteras en Veracruz…en ningún momento manifestó la congruencia técnica y el conocimiento de los números y los presupuestos que debiera tener un ingeniero competente e internacional como él. No es creíble que alguien venga a querer pavimentar… el equivalente a diez veces el litoral veracruzano.”

Cuántos de los 17 mil kilómetros de carreteras y caminos de la red estatal se habrán beneficiado gracias a la gestión de Cuitláhuac. La historia lo dirá algún día, porque hasta ahora es poco lo que se sabe sobre esas pavimentaciones solo visibles en algunos comentarios y referencias aisladas de Facebook. 

Pero la mentira más grave e insostenible de Cuitláhuac García tiene que ver con su primo hermano Eleazar Guerrero Pérez, el subsecretario de Finanzas y administración de su gobierno. El mandatario veracruzano sostuvo contra viento y marea una burda explicación y hasta corrió a la primera contralora del estado, para negar que la designación del funcionario de la SEFIPLAN configura el delito de nepotismo en la primera línea de gobierno, contraviniendo totalmente las disposiciones legales respecto a la imposibilidad de contratar como colaboradores a familiares cercanos.

El morenismo presume tener como mandamientos fundacionales el no mentir, no robar, no traicionar. Y a propósito de ello, alguna vez López Obrador vino a asegurar que “en Veracruz se acabó la robadera.”

Ojalá que el discípulo Cuitláhuac asuma los mandamientos de AMLO y entienda de qué trata el compromiso de la 4T para no hacer quedar mal a su jefe. Porque de él, los veracruzanos ya no esperan nada; solo que concluyan seis años de mal gobierno. 

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