En septiembre de 2020 este portal de noticias entrevistó a Francisco Fernández Morales “El Potro”, un persistente luchador social que llevaba más de 20 años peleando con la CFE para rebajar las altas tarifas de energía eléctrica que afectan a miles de familias del estado de Veracruz.

En esa ocasión el activista oriundo del municipio de Actopan, dijo que 50 mil habitantes conformaban el Movimiento de Resistencia Chucho El Roto, acusando que, si se había dado un cambio en México, éste sólo era “un cambio de la pobreza a la miseria”, y recordando sus aguerridas vivencias, ese encuentro lo remató con esta frase: “Ni la cárcel ni la represión impedirán movilizaciones para conseguir tarifas de luz justas en Veracruz”.

Para ese tiempo, El Potro ya había sido diputado local y había estado preso en el reclusorio de Pacho Nuevo, acusado por el gobierno federal por su tenaz campaña proselitista de no pago de tarifas a la Comisión Federal de Electricidad. 

Sin embargo, el 26 de octubre de 2022 el dirigente fue secuestrado por un grupo de individuos que iban en dos camionetas y se lo llevaron a pleno día, retirado con uso de fuerza, mientras estaba en una reunión en la localidad de San Isidro de ese municipio.  

Sus seguidores ahora bajo el liderazgo de Jorge Morales, han continuado la lucha contra las altas tarifas en diversos municipios y también se han manifestado con marchas multitudinarias para exigir su búsqueda a las autoridades veracruzanas.  

Pero debe reconocerse que ya pasaron 24 meses y que no hay información positiva sobre su localización. Tampoco ha habido reducciones de las tarifas de luz, si bien es cierto que la presidenta de la república ha declarado que revisará con atención ese asunto.

El día de ayer, la señora Edith Morales, esposa del dirigente desaparecido, se comunicó con este portal para enviar un mensaje en el que solicita apoyo de la ingeniera Rocío Nahle y de los veracruzanos: 

“Termina otro día y ya son 730 días de espera, y no nos consolamos ni mis hijos ni yo, y veo videos de él, de sus pensamientos, de su lucha y de todo lo que quiso por un bien para la gente. Las autoridades no nos dan ninguna esperanza o noticia, y aquí estamos esperando que regrese. Y todos los días me levanto y yo quisiera llamar a alguien, a los que se lo llevaron, a quien sea, para saber porqué. Y viene la nueva gobernadora y quisiéramos platicar con ella, para que nos ayude, para saber dónde está, porque no nos consolamos, es una angustia, una cosa muy fea, y también quisiera invitar a la gente, que nos ayude a buscarlo. Yo me levanto, y me pregunto por qué no regresa, qué fue lo que pasó. Pasan los días, meses, años y no hay respuesta, y yo sigo con la esperanza de que Dios nos haga el milagro”.   

En cuanto al problema de las desapariciones en Veracruz, la entidad ocupa el cuarto lugar nacional después de Jalisco, Ciudad de México y EDOMEX. El sábado anterior, el periódico El Financiero informó que “México suma más de 115,500 personas en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).  El proyecto de investigación ¿A dónde van los desaparecidos?, detalla que cerca de 50 mil desaparecieron durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).” 

En semanas recientes, Amnistía Internacional (es.amnesty.org) informó que desde 1950 y hasta el 8 de agosto de 2024, en México hay 116,836 personas “desaparecidas y no localizadas”, número que ha aumentado radicalmente en los últimos años desde 2006. 

A nivel local, la Red Lupa, colectivos de búsqueda y diversas organizaciones no gubernamentales, mencionan que en Veracruz hay 6,946 personas desaparecidas, aunque la Comisión Nacional de Búsqueda señala que son 6,361 personas desaparecidas y no localizadas. 

La cruel realidad es que las cifras no son coincidentes entre organizaciones, colectivos y autoridades, mostrando falta de disponibilidad operativa y presupuestal, descontrol y, sobre todo, generando desesperanza y malestar en las familias afectadas y en la sociedad que no cuenta con resultados.

Ojalá y que ya como gobernadora, la señora Rocío Nahle atienda a la afligida esposa de Francisco Fernández Morales, y que en el tema de las desapariciones, la inseguridad y la impunidad, ella tenga las acciones y las respuestas que jamás tuvo su gris antecesor. 

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