Mucho se ha dicho y escrito sobre la incapacidad de varios de los funcionarios del gobierno de Veracruz. En el mes número quince en los cargos, ninguno de ellos, ni sus apoyadores, pueden argumentar que la culpa de los malos resultados es de los que se fueron. 

El que los invitó o los colocó en las diversas posiciones que disfrutan, debiera pensar que Veracruz necesita resultados después de las fallidas gestiones de Duarte y de Yunes Linares. La sociedad requiere que el estado crezca y produzca y los millones que sufren de pobreza y de vulnerabilidad demandan de satisfactores que suelen llegar a las familias a través de las dependencias cuando estas ejercen adecuadamente los recursos presupuestales que se les asigna.

El gobernador Cuitláhuac García acaba de declarar que no habrá subejercicios del presupuesto 2019. Desde luego que él no desea que eso ocurra, ya que sería como darse un balazo en el pie. 

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Pero lo que indican los números presentados ayer por la SEFIPLAN, hacen notar que en menos de sesenta días (de aquí al 30 de marzo) será muy difícil que las áreas eroguen los recursos pendientes de ejercerse Se habla de 60.4% de subejercicio, cifras muy altas en el capítulo del gasto de inversión -3,851 millones de pesos-, según el Cuarto Informe Trimestral del Gasto Público 2019 Veracruz.

Estos montos que fueron descuidados por funcionarios arribistas, simuladores e incapaces, obligan a exigir medidas drásticas en contra de ellos. Y quiénes son esas personas que no tuvieron ningún tipo de lealtad y reciprocidad con el que los designó.

Esta falla brutal en el terreno de la administración pública, cuando menos tiene que ver con los siguientes colaboradores: de Finanzas, los subsecretarios de Planeación y Egresos, y de esta última área, el director general de inversión pública. Desde luego, las instancias ejecutoras del gasto y que fueron ineficientes; la SIOP, la SEDESOL y SEDARPA. Y de las cercanas al gobernador, que hicieron irresponsable mutis y omisión en la supervisión y el control, la propia contraloría general y la oficina del programa de gobierno.

De ese grupo de simuladores, el gobernador puede contar con ocho prospectos para lo que determine: para que se conviertan en candidatos a ediles, a diputados o a irse a sus casas a realizar lo que seguramente sí saben hacer. Y de esta manera el ejecutivo estatal puede invitar al mismo número de personas con verdaderos deseos, aptitudes y compromiso para cumplir con las tareas que establece la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz.

De los que deben irse, resultan evidentes las razones de su fracaso, ya que carecen del perfil adecuado y de experiencia para cargos del nivel que ocupan.

Qué explicación razonable pueden dar los subsecretarios José Manuel Pozos del Ángel y Pavel Pazos Rincón, dos pequeños funcionarios que no entendieron la importancia de sus encomiendas, y que se respaldan, uno en su padre, y otro, en su padrino. Y qué puede decir en su favor el micro director de inversión pública Osvaldo Solórzano. Cómo justificará tan nulos avances, Mercedes Santoyo, la segunda contralora que resultó como la anterior. La joven jefa del programa de gobierno, la docta Waltraud Martínez, cómo puede explicar no haberse dado cuenta de la holgazanería que cunde entre los altos jefes de las dependencias. Entonces, de qué llenó el Primer Informe de Gobierno, que tanto presumió.

Elio Hernández, el inoperante secretario de la estratósfera, que dice encargarse de las obras públicas que pocos conocen, cómo tratará de envolver a los veracruzanos con sus malas cuentas y cuentos constructivos. Guillermo Fernández, el conocido activista político que le prestaron la SEDESOL para hacer campaña, qué es lo que piensa entregar como resultados de su gestión, aparte de palabrería que nadie cree. Y Cadena Cerón en SEDARPA, qué es lo que hace bien, para que mejor se retire a llevarlo a cabo a sus ritmos lentos, en lugar de continuar demostrando que el campo, no es su campo, y que la producción agropecuaria la conoce en fotografías solamente.

Señor gobernador, los veracruzanos votaron por usted, no por sus colaboradores. Si estos no merecen acompañarlo en el gabinete, es pertinente que invite a otros con mayor disposición y respeto a la alta investidura que el pueblo le otorgó.

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