Un mimo es aquel actor que utiliza la mímica para comunicarse o para representar una historia seria o cómica, generalmente teatral, sin uso del discurso y a través de gestos o movimientos del cuerpo. En otro significado, un mimo es una señal de afecto, como puede ser un beso, un abrazo, una caricia o una expresión cariñosa.  

Las dos acepciones de la palabra pueden aplicarse a dos ahora preocupados senadores de la república. A Indira Rosales San Román y a Julen Rementería del Puerto, quienes llegaron al Senado portando los colores azules y gracias al respaldo del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Respecto a su labor en la Cámara, puede observarse que ambos destacan por su silencio y desconocimiento, más que por su discurso, aportaciones o propuestas ante el pleno. 

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De su paso por el gobierno bianual de su mentor y protector, Indira, la exsecretaria de Desarrollo Social, destacó haciendo irreflexivas declaraciones y entregando despensas por doquier en el fallido programa social “Veracruz cuenta contigo”, una costosa pero hueca estrategia electoral que no dejó huella alguna, ni en lo político ni en la reducción de la pobreza extrema que ofreció.

Auditores y periodistas aseguran que fueron millones de despensas las repartidas mediante un ejército de imberbes operadores, los que comandados por el propio Yunes, no pudieron hacer ganar la gubernatura al primogénito que perdió en julio de 2018 ante Cuitláhuac García Jiménez, actual mandatario.  

Julen Rementería del Puerto, el secretario de infraestructura y obras públicas, utilizó la dependencia para hacer política, para apoyar y mimar a su hijo y para convertirlo en diputado local, a costa del disgusto de los diferentes grupos panistas. Para acallar a los inconformes del nepotismo -el suyo y el del ambicioso exgobernador- no tuvo otra salida que la de repartir la obra pública para satisfacer intereses partidarios sin importarle la calidad ni los resultados institucionales.

Y como de la obra, algo sobra, Julen aportó su granito de arena a la campaña del hijo de su jefe. La poca obra pública que hizo, la pintó de azul y un poco de amarillo para los aliados del PRD.

Concluyó el gobierno yunista y los mimosos senadores azules ya en la Ciudad de México, comenzaron a percibir otro tipo de mimo, este sí, nada cariñoso y sumamente agobiante, de parte de los triunfales morenistas del gabinete de Cuitláhuac. 

El secretario de desarrollo social, sucesor de Indira, parece que quiere justificar su débil actuación en el cargo, acusando en diferentes ocasiones las numerosas irregularidades que la joven le dejó en la dependencia: sea por la elevada nómina y los aviadores, por la cuantiosa adquisición de despensas, por el alto costo de vehículos y computadoras arrendadas, o porque no hicieron padrones de beneficiarios. Los asuntos pendientes o dudosos le han dado carnita suficiente para llevar las acusaciones ante la Fiscalía General del estado y para salir frecuentemente en los medios.

A Julen Rementería le quieren cobrar las cuentas pendientes por las obras públicas deficientes o inconclusas. La más cuestionada, porque allí ocurren accidentes a diario, es el boulevard de 8 kilómetros que comunica a Xalapa con Coatepec -la obra cumbre de Yunes – que fuera repavimentado con altas especificaciones y precios, y que solo dieron como resultado un resbaladizo pavimento que lleva meses ocasionando serios accidentes y cientos de insultos al exsecretario.

Una cara ficción constructiva la de Julen, que será reconstruida -y pagada otra vez- para poder detener la ola de accidentes y peligro vial cotidiano que sufren usuarios y visitantes de esa región cafetalera y turística.

Molesto con el cantante de Tacuba que bañó al Senado hace poco con la frase “hijos de la chingada”, el senador azul tuiteó que eso eran payasadas morenistas. El jarocho con mareos vascos, sintió el duro cacerolazo de Albarrán, olvidando que en el pasado gobierno yunista, fue simple y mimoso integrante de un circo que le dejó sabrosa rebanada de pastel. 

Como pueden constatar sus amigos del puerto, a Indira y a Julen les ha venido grande su papel en este Veracruz mágico del siglo XXI. 

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