El jueves pasado el periódico La Silla Rota publicó una preocupante información sobre el derecho humano a la salud, presentada ese día por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un reporte titulado “Government at a Glance 2025”.
El informe refiere que dentro de los países adheridos a esa instancia internacional, México tiene el gasto familiar más alto en servicios de salud, superando a las naciones integradas allí, ya que por ese concepto, cada familia está gastando de su bolsillo el 39% de su ingreso total.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2023 (ENSANUT), ya había revelado que los mexicanos acuden al servicio médico de la siguiente manera: un 50.7% a las instituciones de salud del gobierno y un 49.3 % al servicio privado en los pequeños consultorios particulares adyacentes a farmacias de toda la república.
Igualmente esa encuesta indicó que los usuarios no acuden al servicio de salud público debido a barreras personales (la persona decidió no buscar atención, no tuvo quien le acompañara, tuvo miedo a contraer Covid o salir de casa, no le atienden bien, no son amables o no le inspiran confianza, o porque no tuvo tiempo); barreras organizacionales (por todo tipo de deficiencias, insuficiencias y carencias en instalaciones del sector salud); barreras económicas (debidas a pobreza y vulnerabilidad de la persona); y también por barreras geográficas.
Por razones de esa índole, el gobierno federal impulsa el fortalecimiento de un solo sistema de salud integrado, universal y gratuito y otras medidas adicionales como resulta ser el novedoso programa “Salud Casa por Casa” en favor de las personas adultas mayores (14 millones de personas mayores de 60 años y personas con discapacidad) que ha instaurado la presidenta Claudia Sheinbaum, quien además acaba de anunciar la instalación del programa Farmacias del Bienestar para dotar de medicamentos gratuitos a estos grupos poblacionales.
Seguramente este tipo de insuficiencias sanitarias en Veracruz, motivaron a la gobernadora Rocío Nahle a instaurar desde el inicio de su gestión en diciembre pasado, el programa Camionetitas de la Salud, con carácter prioritario y enfocado en llevar a las comunidades apartadas el servicio médico y los medicamentos de manera gratuita para apoyar a la población más necesitada. Este modelo está operando en 19 regiones con la participación de 1,309 profesionales sanitarios para atender de manera directa a más de un millón de personas.
Como parte de esta iniciativa pionera en el país, hace pocos días la ingeniera Nahle realizó una gira de trabajo a la región de Zongolica, adonde llevó medicamentos y donde estuvo también el coordinador del IMSS-Bienestar, el doctor Roberto Ramos Alor, quien en su corta vida política ha recibido una serie de cargos y distinciones gracias a Rocio Nahle, que cabe decir, todas ellas le han embonado con singular alegría y plena justeza al reputado galeno, como él prefiere en los asuntos del gobierno. Y quizá por ello al hombre se le veía exultante y en la nube.
Y respecto al sector salud del sexenio de Cuitláhuac García, se esperaría que la señora gobernadora dispusiera las instrucciones pertinentes para revisar a fondo las operaciones administrativas y constructivas observadas y los señalamientos pendientes de resolver de la Auditoría Superior de la Federación y el ORFIS.