El tema de las pensiones del IPE en Veracruz y los últimos acontecimientos al respecto, necesariamente conducen a una reflexión sobre la evolución de las finanzas del gobierno del estado y la eficacia u honestidad de los nueve secretarios nombrados allí por los cuatro gobernadores en la última década.

Javier Duarte tuvo seis titulares en esa dependencia a partir del primero de diciembre de 2010: Tomás Ruiz (27 meses), Salvador Manzur (menos de dos meses por problemas político-electorales), Carlos Aguirre (3 meses como encargado, por despido de Manzur), Fernando Charleston (11 meses), Mauricio Audirac (8 meses) y Antonio Gómez Pelegrín (20 meses). El gobernador sustituto Flavino Ríos nombró a Tula Guerrero a mediados de noviembre de 2016, a petición de Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador electo. Este la sostuvo por 8 meses y después nombró a Guillermo Moreno Chazzarini, quien ocupó la secretaría por 16 meses. El primero de diciembre de 2018, Cuitláhuac García designó a José Luis Lima Franco, quien se ha sostenido por 14 meses. Esto significa que en esa posición han estado nueve secretarios en un total de diez años.

También debe recordarse que Audirac estuvo en el reclusorio, acusado de malversar 2,300 millones de pesos destinados al sector salud, y también, que Tula Guerrero y Carlos Aguirre  sufren sendas inhabilitaciones para ocupar cargos públicos. Por su parte, Gómez Pelegrín está sujeto a severos procesos legales.

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De la actuación de José Luis Lima Franco, debe decirse que hasta ahora el funcionario se ha mostrado discreto y efectivo. El año pasado llevó a cabo la renegociación de la deuda, y su jefe el gobernador acaba de informar que no habrá subejercicios financieros respecto a 2019. Algo importante y plausible es que Lima Franco se ha preocupado por el tema de los adeudos al Instituto de Pensiones del Estado (IPE): los municipales y los propios del gobierno. También se ha preocupado por saldar los adeudos de la UV al SAT, que no es cosa menor.

Pero debe destacarse su información en el sentido de que el Fondo FAFEF (Fondo de aportaciones para el fortalecimiento de las entidades federativas) será destinado íntegramente para el pago de las pensiones, quitando presión financiera y política al instituto en cuestión, sobre todo esta última, que llevaría el caso a las calles, pudiendo ser factor para el declive político de MORENA en Veracruz. 

Cabe decir que en épocas anteriores, de este fondo, solamente algunas porciones se destinaban a los asuntos de las pensiones, ya que regularmente lo ocupaban para el saneamiento financiero del estado y para construir algunas obras públicas.

Pero a este respecto, y en referencia a la eficiencia y eficacia de Lima Franco, es preciso hacerse las preguntas claves: Qué tanto, permite trabajar el gobernador en turno, a diferencia de los anteriores, que eran irresponsables, autoritarios e impacientes. Y qué tanto, en efecto, obedece a la preparación innegable de este secretario, a su posición honesta indeclinable, y a su habilidad para el correcto manejo financiero.

El tiempo que le resta a la administración cuitlahuista, es el que dará la respuesta a los veracruzanos. Por lo pronto, es bueno que un secretario de finanzas esté auténticamente preocupado por hacer bien su trabajo, y por quedar bien con su gobernador y con la sociedad veracruzana. 

Y no olvidar que las cuentas finales del sexenio, serán imputables o reconocidas al propio Cuitláhuac García Jiménez. Solo él pasará a la historia, no sus colaboradores.

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