El próximo miércoles que inicia el mes de mayo, quizá comiencen cabalmente las acciones y hechos concretos que los veracruzanos esperan del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez. La conmemoración del Día del Trabajo bien podría desatar un nuevo tiempo y una nueva actitud en el gobernante estatal y en su pasmado gabinete.

Se cumplen cinco meses de capacitación y conocimiento de los cargos públicos que asumieron el ejecutivo local y sus colaboradores; pasaron 150 días de fallida lucha para expulsar al Fiscal General; y sucedieron cientos de hechos criminales en el territorio. Por otra parte, el equipo entrante, se excedió en el término legal para dar a conocer a la población el Plan Veracruzano de Desarrollo.

El artículo 12 de la Ley de Planeación del Estado, dispone que el Plan Estatal de Desarrollo deberá elaborarse, aprobarse y publicarse dentro de un plazo de cuatro meses, contados a partir de la fecha en que tome posesión el gobernador. Pero algo o alguien falló. Por no haberse cubierto todas esas etapas (parece que faltan la aprobación y la publicación), el documento rector del gobierno cuitlahuista no se encuentra visible en ninguna de las páginas web institucionales del Poder Ejecutivo.

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Los que llevan la cuenta de las visitas del Presidente López Obrador al estado, dicen que AMLO ya estuvo cinco veces en Veracruz con ese carácter. Todas sirvieron para darle fuerza al gobernador, especialmente la penúltima en Alvarado.

Ojalá y como la población espera, el gobernador Cuitláhuac, con el súper apoyo del mandatario nacional, y ya con el adicional respaldo de la Guardia Nacional, instalada en varias zonas álgidas del estado, por fin tenga todos los elementos por él requeridos, y que con ello relance a su gobierno, lo impulse en los diversos programas que ha diseñado, y se preocupe por iniciar las obras, las acciones y lo que serán los primeros resultados que deberá contener su primer informe de gobierno, a presentar el 15 de noviembre próximo.

Porque la sociedad estatal no calificará como positivo o aprobatorio un informe de gobierno que solo contemple diagnósticos, deficiencias, historias de corrupción y quejas y culpabilidades respecto a anteriores administraciones o atribuidas a contiendas criminales entre cárteles.

Un presupuesto anual superior a los cien mil millones de pesos no puede justificarse con argumentaciones como las anteriores. 

Meses y meses de escarceos y devaneos y exceso de declaraciones y búsqueda de culpables, no es lo que quieren los veracruzanos como sello del gobierno morenista. Ese tiempo (cinco meses) fue más que suficiente para restablecer energías y reimpulsar a Veracruz y fundamentalmente para relanzar el gobierno de Cuitláhuac García.

Mayo es el sexto mes de su primer ejercicio gubernamental. Y es un mes de alegría, florecimiento y lluvias alimentadoras. Por si fuera poco, Cuitláhuac iniciaría su relanzamiento con un movido festival de la salsa, por cierto, su ritmo musical preferido. 

Los veracruzanos eligieron a un gobernador para encontrar soluciones, no para andar buscando culpables. 

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