Avanzan los tiempos de la Cuarta Transformación y en algunos círculos políticos se insiste en desconocer la importancia de la información real que genera el desarrollo nacional y la opinión soberana de la población. El Sistema de Cuentas Nacionales corre grave peligro de ser detonado y pulverizado, desapareciendo importantes estadísticas relativas a la historia socioeconómica de los mexicanos. 

La semana anterior, el INEGI informó sobre la cancelación de cuando menos ocho importantes encuestas nacionales debido a carencias presupuestales. La Encuesta Agropecuaria, la de Gasto en los Hogares, la de Micronegocios, la de Trabajo Infantil y la de Confianza al Consumidor son algunas de ellas, aunque también peligran otras cinco que reciben financiamiento externo.

El asunto ha sido tratado en este portal de noticias, insistiendo en los problemas de la incredulidad y deficiencia de muchas de las cifras oficiales publicadas en años recientes por el gobierno federal. El editorial CUENTAS Y CUENTOS ALEGRES del día 21 de agosto de 2017 destacó lo siguiente a este respecto:  

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“El año que corre se ha caracterizado por la profusión de cifras e historias de ficción en torno a la economía y el bienestar de los mexicanos. A nivel nacional, todavía se recuerda el bochornoso espectáculo al puro estilo argentino, con el que el INEGI cambió unilateralmente los procesos para el conteo de los datos de pobreza en 2016, que ya no permitió aplicar las metodologías del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), instancia que desde ese tiempo se desmotivó y disminuyó su papel evaluador en el tema del combate a la pobreza.”

“Las instancias mexicanas nos han querido bañar y envolver con las frescas brisas del crecimiento de la economía, de los empleos, del salario, de las remesas, de la inversión extranjera directa, del turismo y de todos aquellos mejunjes que su delirio les aconseja, para desaparecer el disgusto y la incredulidad de la gente con respecto a la eficacia de los gobiernos y sus próceres.”

“Lo que se ha visto es un extraordinario desperdicio de recursos públicos utilizados en políticas asistencialistas y carentes del fomento a la productividad, escudados en el aparente éxito de Solidaridad, Oportunidades, Progresa o como le pretendan llamar en cada sexenio.”

Es lamentable que las cosas ocurran como informó el INEGI. ¿O es que la presidencia de la república pretende llevar su propia contabilidad y diagnóstico? Quizá por eso los censos de la pobreza que regirán el esquema de apoyos a la población, fueron iniciados por el partido MORENA después del triunfo de Andrés Manuel. Como también organizó y controló aquella medición sobre el aeropuerto de Texcoco, que lo llevaron a su extinción. 

Poca credibilidad tendrá el país y el régimen lopezobradorista, si el gobierno pretende tener sus propios datos y si continúa tomando decisiones de manera unilateral, como se hizo con dicho aeropuerto. Ser juez y parte nunca ha dado beneficios permanentes y duraderos

Porque ese no es el país que los mexicanos se merecen, ni tampoco el que se proyectó cuando se diseñó el sistema de planeación democrática. No es el rumbo que plantea la Constitución Mexicana. Los sectores productivos, las universidades, las instituciones de investigación y la sociedad misma, precisan de cuentas claras y consistentes.

El presidente López obrador tendrá que revisar a detalle el sistema de cuentas nacionales y la certeza y prevalencia del INEGI, su órgano rector porque “la transparencia es regla de oro.”

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