Miércoles para no olvidar el día 20 de enero de 2021. Fecha que puede representar una diferencia que no debe dejarse pasar en México, Veracruz y Xalapa. Hechos internacionales, del país y del estado a los que habrá que darle seguimiento preciso por la relevancia que tienen.

En el nivel internacional, la asunción de Joe Biden como presidente de Estados Unidos necesariamente habrá de modificar varias cosas en el manejo político mexicano, como podría ser el tema migratorio. Biden avisa que pretende regularizar a millones de inmigrantes, cambiando los procedimientos en torno a los miles de centroamericanos que cruzan por México e intentan arribar a suelo estadounidense.  

El asunto de las remesas que reciben los connacionales tiende a mejorar, porque hay satisfacción y esperanza en mucha gente que trabaja del otro lado de la frontera norte. La convocatoria a la unidad que hizo Biden llega en momento preciso. Es posible que la calidez y la emoción del cambio presidencial—o la necesidad y conveniencia—influyan positivamente de este lado del río Bravo. 

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México no puede quedarse aislado. Lo bueno es que el presidente López Obrador aseguró ayer que hay tres importantes coincidencias con la nueva agenda estadounidense. 

En el plano nacional, el tema de la vacunación presenta serios claroscuros e informaciones encontradas. El único que sabe la realidad es AMLO. También percibe la decepción y el desaliento crecientes en significativos sectores poblacionales.

En el ámbito estatal Veracruz entero despertó con la noticia de que Cuitláhuac ya gestiona un nuevo préstamo por dos mil millones de pesos para destinarlos a proyectos productivos, mismo que se liquidará con cargo a participaciones federales. Y de inmediato comenzaron los cuestionamientos sociales por esa nueva deuda.

Pero esa inquietud se borró porque a las 3:30 pm aparecieron en el escenario local y a través de las redes sociales y medios de comunicación, alertas ciudadanas, comentarios y videos sobre un fuerte operativo en la zona de la avenida Murillo Vidal. Estruendo de balaceras, fotografías con patrullas, automóviles de criminales y cadáveres sobre la calle, amenizaban la comida de los preocupados xalapeños. Al terminar la acción comandada por el propio secretario de seguridad pública, a través de las mismas redes sociales se hablaba de varios muertos, de ocho liberados que estaban secuestrados en una casa de seguridad y de dos cadáveres desmembrados.

También ayer por la tarde, al puro estilo de las leyendas urbanas que trascienden frecuentemente en la población adicta a las redes sociales, circulaban textos sobre cuatro internos del reclusorio de Pacho Viejo, que fueron obligados, uno tras otro, a limpiar una fosa séptica llena de excrementos de la población carcelaria. Y uno tras otro también, según los trascendidos, fueron muriendo ahí abajo a causa de los venenosos gases y líquidos pestilentes. 

Ya veremos si el caso anterior y este de Pacho, producen también en redes sociales, las imágenes y nombres de las personas afectadas y fallecidas, junto a las acusaciones de los familiares de todos los caídos. Desde luego, esperamos ver ahí los agradecimientos por haber puesto en libertad a esos seis u ocho que estaban secuestrados. 

En la noche y después del sobresalto y las detonaciones, la población experimentaba la natural psicosis por ese tipo de informaciones de nota roja. A esa hora nadie recordaba el nuevo préstamo al gobierno, ni tampoco aquella preocupante nota periodística de que Cuitláhuac García no reconoce el adeudo estatal al IPE por los ocho mil millones de pesos de adeudos que reclama la directora del instituto para asegurar el pago a jubilados y pensionados. 

Miércoles en abundancia tuvieron los veracruzanos. Ya veremos cómo termina este enero pandemoniaco y preelectoral.

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