En julio de 2018 el movimiento obradorista venció de manera apabullante a los priistas que ocupaban la presidencia de la república y al PAN, el único partido que en ese tiempo podría haber derrotado a López Obrador y a sus asociados provenientes de todos los colores del espectro político nacional. Pero los azules se dividieron y se sumieron.
Tres años después de ese triunfo indiscutible se verificarán las próximas elecciones. Gubernaturas, diputaciones y alcaldías estarán en disputa el seis de junio venidero. Las especulaciones y los pronósticos oficialistas dan por hecho que la mayor parte de los puestos serán para el partido MORENA y sus coaligados. Andrés Manuel quiere todas las diputaciones, y tiene todos los presupuestos para llevárselas todas. Esa es la lucha que le interesa para concretar su transformación autoritaria y duradera.
Ya se verá si la oposición logra organizarse y presentar oponentes honrosos y decorosos que puedan tener recursos para ganar: arrestos para enfrentar los posibles peligros del reto y recursos políticos y económicos suficientes para levantar con eficacia a sus simpatizantes a la hora de votar en las urnas.
Pero en Veracruz no pueden hacerse muchas ilusiones aquellos que sufren, mascullan y sueñan en una oposición real y contundente. Y porqué se afirma esto. Cómo puede pensarse o creerse en una oposición, si los que se dicen interesados, no muestran capacidad financiera ni creatividad mínima para movilizar el barco que hasta ahora es simple utopía.
Cómo es que la gente se sentirá motivada, si esos mismos que perdieron la oportunidad en 2018, son los que empiezan a desfilar en las mismas “columnas políticas”, en cafés, en redes sociales, en colonias y comunidades, hablando de campañas, hablando de revanchas y hablando de construir una oposición, dando migas a sus aplaudidores. Suenan, simplemente, como los merolicos, gritoncillos, hablantines y pregoneros de las plazas públicas y calles, que todos escuchan en las horas despiertas, pero que nadie hace maldito caso.
Cómo levantar a una sociedad “opositora” y seguramente molesta contra AMLO y sus huestes, cuando los prohombres que quieren dirigir, o se aprestan a dirigir esas iniciativas de rescate político, son las mujeres, hombres, nombres y apellidos que los votantes desecharon en ese julio de 2018.
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La sociedad les concederá el beneficio de la duda -siquiera-, a personas como los Yunes, en todas sus modalidades, ramas, familias, generaciones y manías, es una pregunta que suena a desilusionante respuesta. Acaso puede creerse que la población veracruzana se sentirá confiada en todos esos que tienen escriturados los partidos al estilo de los marlones, los chapitos, morales, urieles, rementerías, manchas, cadenas, callejas, motas, silvas, lagos, zúñigas, ingrams, kuris, montieles, aceves, garcías. ¿A usted le gustan estos nombres o apellidos para que convoquen a una oposición real y consistente que logre hacer algo por la democracia en Veracruz?
La democracia implica tomar los riesgos y hacer una verdadera convocatoria, aunque no estén solo los amigos y deban entrar personas mejor preparadas, más honestas y con armas duras. Personas que tengan lo indispensable para el éxito en la política: estar dispuestos a arriesgarlo todo para ganarlo todo. Sin que ello signifique ser temerario.
La presencia mediática de esos personajes repetidos y gastados recuerda mucho las animadas reuniones en las colonias cuando la gente comienza a integrar las comparsas para el carnaval. Todos quieren estar en la algarabía, en el relajo y en la animosa membresía. La pertenencia da seguridad. Ahora están eligiendo las máscaras para el día D y hasta se organizan en ternas para llevar las botellas. Es todo lo que tienen para esa lucha democrática.
Si a unos cuantos meses del día determinante, no se ve nada serio, difícilmente se podrá aspirar a algo grande ese 6 de junio que se acerca velozmente. ¿Acaso esas fuerzas sin poderío ya están boicoteadas o demolidas antes de empezar la contienda?
Defectos, manías, simulaciones y mañas por costales, es lo único que se ve en el horizonte, hasta ahora. El día de hoy MORENA va ganando y está rica y floreciente. Enfrente no hay nada.
Mejor vale reflexionar lo que decía Octavio Paz en su obra El ogro filantrópico: “Sin libertad, la democracia es tiranía”.
