La semana anterior jamás será olvidada por López Obrador. Desde el lunes el presidente de la república se puso su camiseta de político -su prenda predilecta en la diaria conferencia mañanera- para criticar ácidamente a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el reconocido líder nacional de la izquierda mexicana, a quien el tabasqueño debe mucho de su llegada al palacio nacional el primero de diciembre de 2018. 

AMLO ha recibido numerosas críticas por ese ataque originado por la participación de Cárdenas en la creación del grupo opositor denominado MEXICOLECTIVO, aunque el michoacano se retiró de esa iniciativa plural el mismo día de su presentación, ese lunes por la mañana, argumentando “consideraciones políticas”. 

Ahí se quedaron esperándolo los otros renombrados integrantes de ese movimiento. Pero desde esa tarde numerosos ciudadanos de todo el país entendieron que la desmedida actitud del ejecutivo federal le acarreará mayor oposición de aquí para adelante. 

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Los mexicanos saben perfectamente que, gracias a Cuauhtémoc, López Obrador pudo ser jefe de gobierno del Distrito Federal y contender tres veces por la presidencia, contando con gran militancia de izquierda, forjada e impulsada por el exgobernador de Michoacán y también exjefe de gobierno capitalino, este último cargo gracias al PRD, el partido creado por Cárdenas y otras fuerzas de izquierda.

Pero parece que el mandatario nacional olvidó que cuando él era un niño, Cuauhtémoc Cárdenas ya formaba parte del grupo que encabezaba el Movimiento de Liberación Nacional y que en el año de 1962 recorría Tabasco y los demás estados, haciendo proselitismo por la democracia que entonces impedía el autoritarismo del PRI. Los archivos del INAH cuentan con documentos sobre estos hechos.

Respecto al sainete armado por Andrés Manuel y su crítica del lunes, exagerada y ofensiva, y recordando situaciones similares, cabe transcribir algunos párrafos de la extensa carta que Cárdenas le envió a la escritora Elena Poniatovska (publicada en El Universal el jueves 14 de septiembre de 2006), contestando su acusación de que no apoyó a AMLO, y que por ello perdió la elección presidencial ante Felipe Calderón:

“Yendo a otros temas, me preocupa profundamente la intolerancia y satanización, la actitud dogmática que priva en el entorno de Andrés Manuel, para quienes no aceptamos incondicionalmente propuestas y cuestionamos sus puntos de vista y sus decisiones, pues con ello se contradicen principios fundamentales de la democracia, como son el respeto a las opiniones de los demás y la disposición al diálogo”.

“Como ves, con esta larga carta lo que hago es defender el derecho a disentir, a pensar diferente, a pensar que cuando se ha impedido ha conducido a dictaduras, opresión, represión, sectarismos e intolerancia, que estoy cierto, ni tú ni yo queremos ver en nuestro país”.

La actitud desleal e ingrata de López Obrador contra Cárdenas, mostrada de nuevo en estos días de 2023, hace recordar una leyenda de la provincia de La Rioja en España: “Después del parto de María, el buey y la vaca lamían y calentaban al Niño Jesús, mientras la mula no paraba de tirarle coces al pesebre. Asustada y dolida por ello, la Virgen maldijo a las mulas y desde entonces estas no pueden engendrar”.

Pero en México el cuento es más trágico: “Llegaron los Reyes Magos al Portal de Belén. A la media noche se escucharon ruidos y Melchor fue a investigar, encontrando a un burro pateando el pesebre. Lo alejó fieramente, gritándole que ese era el lugar donde los pastores depositan el alimento para los animales, y que además en ese momento era la cuna de Jesús. Pero el terco burro bajó la cabeza, viéndolo con mirada ladina. Al sentir que Melchor se retiraba, el asno volvió a patear el pesebre, derrumbándolo y echándoselo encima de la cabeza, muriendo al instante. Dicen que por ello no es bueno patear el pesebre, recuérdalo siempre, amigo”.

La patada al pesebre que acaba de aplicar AMLO, se le puede revertir en las elecciones de este año o en la de 2024, la más importante para él. Por ahora puede no preocuparle, porque sus publicistas insisten que todas las encuestas están a su favor. 

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