Los medios de comunicación informaron ayer el enésimo descubrimiento de irregularidades y corruptelas en la aduana del aeropuerto de la Ciudad de México. Esto ocurrió pocas semanas después de que el presidente de la república diera todo su apoyo a Ricardo Ahued Bardahuil como máximo responsable de las aduanas del país.

Estas irregularidades han ocurrido prácticamente toda la vida desde que se instalaron los puestos de revisión y garitas siglos antes. Bien se recuerdan las historias y anécdotas que revelan las triquiñuelas, las ambiciones por esos cargos, los crímenes en torno a ellos y los abruptos enriquecimientos de funcionarios que ocuparon o administraron esas instancias.

En México siempre ha habido miles de artículos de procedencia extranjera (originales o falsos), armamento cuantioso y todo aquello comercial e imaginable que cruza los pasos fronterizos con y sin documentos legales. Pero ahora, durante la cuarta transformación, el jefe de gobierno ha dado instrucciones para que la Marina y el Ejercito resguarden y coadyuven con el personal de estos centros de operación de trámites comerciales internacionales.  

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En su editorial del día, el periódico El Universal citó la importancia de las aduanas en el crecimiento y desarrollo nacional. 

Cuando el senador Ricardo Ahued fue invitado por AMLO a ese cargo, se analizó la pertinencia de esa designación, desde el punto de vista de que el empresario nacido en Pachuca, pero avecindado en Xalapa desde su infancia, tendría alguna dificultad para competir por la candidatura al gobierno del estado en la siguiente administración, después de Cuitláhuac García.

Hasta ahora se percibe que ha tenido un paso adecuado en esa encomienda. En el país existen 49 aduanas, 64 salas internacionales de pasajeros y 276 puntos de revisión para cuidar un poco más de 15 mil kilómetros de fronteras y litorales que exigen la atención y supervisión aduanal de Ahued.

Luego entonces, pudiera afirmarse que para que este personaje logre ser candidato a la gubernatura veracruzana y pensar en el palacio de gobierno frente a la Catedral de Xalapa, primero tendrá que realizar una impecable y positiva gestión al frente de esas 49 aduanas y, sobre todo, la que haga en la aduana principal, la oficina de Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.

Contando con ese respaldo de López Obrador y del oficial partido Morena, solo le bastarán dos complicadas aduanas más, ya de otro tipo, una de carácter legal y la otra, de carácter electoral: Que el congreso estatal reforme la Constitución local, y ya como candidato de ese partido, que supere en las votaciones a los candidatos de las otras fuerzas políticas.

En entrevista conPalabras Clarashace algunas semanas, Ricardo Ahued se comprometió a realizar su mejor esfuerzo en Aduanas, siempre dentro de la Ley. No tiene de otra.

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