Desde la pasada elección intermedia, el presidente López Obrador, expresó que buscaría negociar con el PRI y otros partidos el apoyo de sus diputados federales para conseguir las modificaciones constitucionales en el Congreso de la Unión.
Y esa estrategia la ha cumplido sobradamente gracias al cuestionado líder nacional del PRI, que AMLO logró colocar, aprovechando las sucias ambiciones de Alito Moreno, el pésimo exgobernador de Campeche que acostumbra a traicionarse y caer al suelo a cada paso que da. Ahí están como prueba fehaciente los audios de la actual gobernadora de esa entidad, que lo ponen en evidencia reiteradamente. Y ahí está la traición que este individuo acaba de perpetrar en la Cámara de diputados, con motivo del tema de la Guardia Nacional, que, fuera de lo que dispone la Constitución, permitió que colocaran a una institución civil, bajo el mando de las fuerzas armadas, gracias a la bajeza de diputados traidores a la sociedad mexicana.
A Alito, acomedido facilitador del palacio nacional, el presidente lo tiene agarrado de los huesos y lo hará polvo en el momento que precise. Y para desgracia del priismo que queda, esta campechana circunstancia termina de desprestigiar al partido entero, aunque en Veracruz pudiera haber fortalecido a Pepe Yunes, uno de los personajes priistas que buscan la gubernatura en 2024 y al que no se le conocen antecedentes de corrupción.
El diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla fue el único legislador del PRI que la semana pasada se opuso valientemente junto a los del PAN y PRD, a la aprobación urgida por la presidencia de la república, de que los militares sigan en las calles “cuidando la seguridad pública”, fatalmente descuidada desde que López Obrador se convirtió en mandatario nacional, de manera peor, en este tema, que en la época de Peña Nieto y de su odiado Calderón.
Y hay otra circunstancia que pudiera favorecer a Pepe Yunes: la oportuna salida que está haciendo la senadora Beatriz Paredes Rangel, para manifestar abiertamente su interés para contender por la presidencia de la república en 2024. La exgobernadora de Tlaxcala es ampliamente conocida en Veracruz y en todas las entidades federativas y sería un respaldo importante para el peroteño.
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Pepe Yunes acaba de hacer la más significativa demostración de que en verdad quiere ser gobernador de Veracruz. Votó en la Cámara conforme a lo que su corazón y valores le dictaron, en congruencia con su experiencia y preparación académica, muy diferente a la de la mayoría de los diputados que en estos tiempos muestran a la genuflexión como única arma y timbre de su trayectoria. Esos falsos representantes populares, están traicionando a la sociedad que dicen representar, cuidando solamente sus intereses oscuros.
Yunes Zorrilla, si sigue por ese camino de restaurar y fortalecer su relación con los veracruzanos, haciendo compromisos verdaderos, bien puede convertirse en un candidato fuerte que pelee con muchas posibilidades contra la continuidad morenista en la elección de 2024.
