Los tiempos morenistas no han sido favorables para Veracruz en el Congreso Federal, si consideramos la escasa efectividad mostrada por los legisladores de ambas Cámaras. Y de los seis senadores veracruzanos que cobran puntualmente sus emolumentos en esa institución, puede afirmarse que ninguno de ellos ha estado a la altura de las difíciles y complicadas circunstancias que sufre la población que dicen representar en el poder legislativo.

Ante el autoritarismo y el persistente empoderamiento demostrado por el ejecutivo federal, el disciplinado sexteto ha preferido bailar al son que les tocan desde el Palacio Nacional, mirando para otro lado y tapándose los oídos para no escuchar el creciente clamor inconforme de la sociedad. Ejemplos de ello hay varios y los medios de comunicación y sus propias redes sociales denotan la complacencia y complicidad en este preocupante estado de cosas. 

Quince meses paseando y calentando las curules con cargo al erario, haciendo como que hacen e ignorando los graves problemas de Veracruz, es la imagen que muestran al pueblo que los eligió y que aparentan representar.

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El 27 de septiembre pasado, Palabras Claras refirió esas carencias en el editorial SENADORES VERACRUZANOS SILENCIOSOS O SUPERHÉROES. Ese día este portal señaló lo siguiente:

“Con seis senadores en estos momentos, Veracruz es una de las entidades con mayor presencia en el Senado de la República… Pero en este septiembre que ha sido un mes de contrastes, de información y de escándalos sin parar, la mayor parte de tales senadores ha preferido mantenerse en silencio o no aparecer en los medios de comunicación.”

 “Dante, zorruno como ha sido siempre, prefirió guardarse en las fiestas patrias para reflexionar en la reestructuración y fortalecimiento de su partido Movimiento Ciudadano…Indira Rosales ha debido aprovechar los días festivos y de guardias de honor para ultimar la conformación de los expedientes justificativos de sus acciones en la SEDESOL yunista, que le permitan defenderse de las cinco denuncias que le ha instrumentado su sucesor en esa dependencia…”   

“La representación jarocha en el senado es abundante. Pero sumamente notorias han sido sus omisiones discursivas y sus absurdas pretensiones políticas de estas semanas.”

Cinco meses después, no ha variado la percepción veracruzana sobre esos personajes. Demasiado ruido envuelve a los senadores, quienes no terminan de defraudar a los ciudadanos. 

Esta semana la senadora Claudia Balderas ha debido hacer gala de sus argumentos para defenderse del escándalo en que se vio envuelta en las calles de la Ciudad de México, cuando su acompañante Mario Espinoza Zetina, que iba al volante de su camioneta, atropelló a una persona y tras un molesto diálogo le encontraron un envoltorio de cocaína. La joven dama dijo que él ya no era su asesor y otra serie de razones. Por desgracia para ella, este individuo ha sido señalado de haber sido su novio, y en abril de 2019, ya colaborando en el senado con la legisladora, el hombre fue detenido por la Policía Naval en Coatzacoalcos, por haber estado involucrado en el intento de violación de una menor en esa ciudad.

En el caso del senador Dante Delgado, la preocupación mayor del alvaradeño, demostrada en su cuenta de Twitter en estos días, es el delicado y populoso tema de la legalización de la marihuana en México. Esto denota los intereses juveniles y de la salud que respira el exgobernador.

Respecto a Ernesto Pérez Astorga, el fatigado empresario xalapeño prefiere guardar energías y no pensar en odiosas preocupaciones comunitarias para comenzar a hacer campaña por la alcaldía de Xalapa, una vez que su guía Ahued avance en su camino a la gubernatura morenista. 

El panista senador Julen Rementería sabe que vociferando a diario en contra de AMLO y la 4T podrá impedir una verdadera auditoría técnica y financiera a las obras que realizó en Veracruz, entre ellas el bulevar Xalapa-Coatepec que acumula más de 150 accidentes por el resbaloso pavimento que instaló irresponsablemente una cuestionada constructora. Indira Rosales, su excompañera en la cuadra boquense, continúa realizando a la perfección la delicada tarea distractora encomendada por el clan Yunes.

Por su parte, la decana senadora Gloria Sánchez Hernández, cumple a cabalidad su penosa tarea de tratar de posicionar las acciones y logros del gobierno obradorista. Como muestra basta un primoroso botón, derivado de los terribles hechos de la matanza de inocentes en una fiesta de cumpleaños en Minatitlán, el año anterior. Días después de ese asesinato masivo, la señora acusó que los medios magnificaban el drama del multihomicidio, expresando estas palabras: “hay medios dedicados al golpeteo político para decir que en la Cuarta Transformación no cumplimos.”  

Ese grupo de senadores poco ha dicho o presionado para mejorar la intervención del gobierno federal y estatal en las materias de seguridad pública, salud y pobreza extrema que agobian a la población estatal. 

Los veracruzanos ya no esperan nada bueno de ellos. Exceso de palabrería, simulación permanente y nulo compromiso con la sociedad, son sus características dominantes. Una representación abundante en escaños, sí, pero obviamente pobre en calidad política y moral.

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