Santiago Nieto y Raquel Buenrostro continúan afilando las garras de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del SAT en busca de los recursos que el presupuesto federal necesita para los dramas financieros del próximo año con motivo de dos complejos problemas que requerirán enormes flujos de efectivo: la Nueva Normalidad post pandemia y la elección intermedia del 6 de junio del 2021. El país y la Cuarta Transformación no se le deben caer a AMLO.

Por eso no extrañan los diversos movimientos que se muestran en estos días, que tienen un olor a objetivos de atracción metálica para fortalecer las arcas públicas y la moneda nacional. 

Primero, los publicitados pagos que, por varios miles de millones de pesos, hicieron ante la SHCP dos grandes empresas nacionales que tuvieron que abonar impuestos pendientes. Segundo, las extensas hojas filtradas por el gobierno central con nombres de empresas nacionales que supuestamente expiden facturas falsas para robar dinero público y blanquear capitales mal habidos. Tercero, la información de que le congelaron las cuentas a los jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Cuarto, el anuncio de que pretenden dar seguimiento fiscal a los accionistas de las empresas, para asegurar el adecuado movimiento de los capitales buenos o sospechosos.

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Medidas que junto a otras ya establecidas o en proceso, permitirán que el gobierno federal se haga de recursos adicionales en miles de millones de pesos, como requiere el presidente de la república para sostener sus obras prioritarias (el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía) y sus fines políticos de continuidad morenista.

A este respecto, el fin de semana pasado en Veracruz, trajo rumores y noticias de que Vicente Benítez (el exfuncionario del caso toluqueño de los 25 millones de pesos aerotransportados en maletas), uno de los operadores de Javier Duarte, había recibido una orden de aprehensión, girada al parecer por el Poder Judicial de la Federación, respecto a un monto de 1,000 millones de pesos. Algunas semanas antes, noticias semejantes corrieron sobre Víctor Rodríguez, otra persona del sur del estado, mencionada en torno al uso de facturas falsas en sus épocas de funcionario federal.

Sobre el uso de facturas falsas, o reales, pero sin contraparte material, conseguidas con empresarios coludidos, el tema es viejo en Veracruz. El empresario Gerardo Poo Ulibarri sufrió por colaboradores corruptos originarios de la zona de Veracruz y Boca del Río, que introdujeron ese modus operandi a la secretaría de finanzas que él dirigía en los tiempos de Dante Delgado. Esos moditos, o modotes para robar, fueron los que se dice que aprendió bien Vicente Benítez cuando décadas después tuvo que meterle mano al cajón de los centavos, para el presupuesto, y de los billetotes para las cajas de huevo que salían con harta frecuencia a diversos destinos en el sexenio de Duarte de Ochoa.  

El comentario de la época dantista viene a cuento, porque en el gobierno siempre hará falta conseguir recursos para manejar la política, más allá de los presupuestos oficiales. En pleno 2020 con todo y el coronavirus, en Veracruz, los contratistas que logran hacer obras del gobierno morenista, se quejan de los diezmos exigidos en la SCT y en la SEFIPLAN del aguantador Lima Franco (20 y 15%, dicen los valientes críticos).

Sesenta y cinco mil millones de pesos, se perdieron en Veracruz durante el sexenio duartista, dijeron los auditores federales. Cuántos fueron con facturas falsas, y cuántos con facturas reales, de obras no realizadas, de servicios no prestados o de suministros no entregados al pueblo o a sus instituciones. ¿Lo sabrá alguien?

Temporada de patos y cobro de facturas pendientes, sean falsas o verdaderas, es lo de hoy en las noticias jarochas. La consigna es que todos tienen que aportar su granito de arroz, porque el ganso debe graznar feliz, feliz, feliz. 

Zozobra en los que quieren hacerse patos o patas; y coperacha voluntaria, “a juerzas” de aquellos emprendedores que quieren entrar a la fiesta morena. Y como apoya el cordobés de las tortas en tuit amigo sobre Vicente, con sentencia atemporal incluida: “Los carniceros de hoy serán las reses de mañana”.

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