México cambió desde el 18 de febrero de este año, cuando Las brujas del mar, un grupo de valientes feministas de Veracruz, lanzó una provocadora convocatoria para llevar a cabo #UnDíaSinNosotras en todo el territorio. Se trató de un llamado desesperado para afrontar masivamente el feminicidio, un grito de dolor que modificó más cosas en el país que lo conseguido por el propio discurso presidencial y por todas aquellas argumentaciones válidas o medianamente creíbles para consolidar lo que López Obrador llama la Cuarta Transformación de la República.

Desde ese momento México es otro bien diferente al que, a golpe de conferencias mañaneras y reparto de dinero público, quiso dibujar y plasmar en la vida nacional el jefe del ejecutivo federal. 

La nación es otra desde ese afortunado día. Lo supo Andrés Manuel en ese preciso instante de febrero. Por eso pretendió bloquear las acciones programadas para los días 8 y 9 de marzo. Por eso sus funcionarios cercanos, sus partidarios morenistas y muchos otros, intentaron por todos los medios de desprestigiar, menospreciar y tergiversar las razones y las acciones de las mujeres para llevar a cabo la gran marcha nacional de ayer, verificada en los estados y los municipios, y para detener el paro nacional el día de hoy. No lo consiguieron.

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Algunos pensaron que el tema del coronavirus y los molestos gestos presidenciales eran suficientes para desinflar el movimiento feminista erigido a partir de los miles de feminicidios que están ocurriendo en estos primeros 16 meses del obradorismo en el poder. Ayer se vieron equivocados. Y el costo del dólar los ensombreció más.

Una marcha de ochenta y tantas mil mujeres en la Ciudad de México, replicada con éxito en casi todos los estados ayer, ha permitido a los mexicanos dimensionar a su gran nación, a su pueblo sabio y sobre todo a sus inteligentes e imparables mujeres.

Mujeres que luchan contra el feminicidio, que no quieren más violencia de género, que enfrentan el patriarcado decadente y que tratan de poner en alto los derechos de las mujeres. Y exigieron no politizar sus iniciativas.

Frente a ellas y las familias que las apoyan, se sitúa un presidente intolerante y retrógrada, que se dice feminista, y desde la semana pasada humanista, pero que no quiere ver los constantes asesinatos de mujeres. Un presidente que en estos meses ha sido más humanista con los que actúan al margen de la ley, con aquellos que no reciben las becas y las pensiones, pero reciben a cambio, la autorización tácita para continuar extorsionando, cobrando piso, secuestrando y haciendo negocios criminales que les dejan miles de millones de pesos cada año. 

Y si se habla de feminicidio, es demasiado grave para el gobernador Cuitláhuac García, que el diario El Universal informe, como lo hizo ayer, que Veracruz va a la cabeza nacional en la numeralia de este delito, superando a entidades con mayor población, como son los casos del estado de México y de la capital del país.

México y su gente son más que sus gobernantes, que sus políticas y que los propios problemas nacionales. Ayer se hizo patente esta realidad. Las mujeres han demostrado su verdadera fuerza y, que ese mismo impulso sirva para frenar al equipo de soberbios, inexpertos e ineficaces que gobierna la nación y a Veracruz.

La patria es primero, lo dijo el general Vicente Guerrero hace doscientos años. El movimiento #UnDíaSinNosotras y su gran impacto social, económico y político, mostrado en la marcha conmemorativa del día internacional de la mujer, ratifican la idea del héroe de la independencia. La patria es primero, lo fue y lo es, antes que los equivocados afanes presidenciales, antes que el torpe perdón a los delincuentes, antes que el “abrazos no balazos”, antes que la violencia que nadie detiene, antes que los terribles feminicidios que muchos no quieren ver, aunque sus intereses estén salpicados de sangre. Antes que la parálisis que aniquila. 

Las mujeres y su paro nacional en este día, las mujeres y su fuerza arrolladora demostrada ayer, nos recuerdan que hay una patria madre que ve por todos, que tiene un enorme poder de corrección, que no se equivoca dos veces y que ve y escudriña todo lo que sucede. Una poderosa lección a los mexicanos, al sistema y al poder establecido.

La patria es primero, es una frase histórica con 200 años de vida, que un día no lejano bien podría sufrir una transformación. Apenas en enero se hablaba de la patria, con el significado fundacional de dos centurias previas. Sin embargo, después de lo observado en estos días de lucha femenina, y como consideran filósofos, escritores y reconocidas feministas, muchas personas podrían demostrar que “La matria es primero”.

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