Comienza la efervescencia de la clase política veracruzana rumbo a la sucesión estatal en 2024. Al mismo tiempo, y como nunca antes, empieza a crecer la idea de que el estado no ha tenido suerte con sus gobernantes o que la ciudadanía no ha sabido elegir a los mejores prospectos. 

Y es cuando surge y avanza en el imaginario colectivo una expresión que alguien suelta en estos procesos respecto a los que se apuntan para buscar la candidatura en los diferentes partidos: “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”.

Habría que pensar que esa expresión corresponde a un simple retruécano, una figura retórica y literaria que suele confundir mediante la contraposición de dos frases que unió alguna mente retorcida, justamente como las mentes de aquellas personas que se acercan a esos procesos no siempre con buenas y democráticas intenciones.

Anuncios

En este momento para Veracruz hay tres tipos de candidatos a la gubernatura: los del palacio estatal, los del palacio nacional y los de la gente que ya se cansó de los ruidos palaciegos y para ciegos. Si se piensa en los inmediatos del grupo cuitlahuista, con posibilidades para llegar, quizá habría que considerar a Zenyazen Escobar, solamente.

Si se reflexiona en los que vienen apadrinados por AMLO, podríamos pensar en Rocío Nahle que siente ser la elegida. En segundo lugar, estaría Manuel Huerta. En tercer lugar, quizá Ricardo Ahued. Y, en cuarto lugar, probablemente, el diputado Sergio Luna, que dicen sus escribidores, que anda en la luna con un estupendo cuerno de la abundancia al hombro. De este grupo, el político nacido en Minatitlán es el único con posibilidades constitucionales para ser gobernador. Pero la realidad es que ha vivido poco en el Veracruz actual.

Del último tipo de candidatos a la gubernatura, la lista es sumamente reducida, pero cada uno de ellos tiene su afición y su difusión. Y no tienen cola que les pisen: Juan Manuel Diez Francos, Pepe Yunes y de la casa grande del estero de Boca del Río, la familia Yunes Márquez podría impulsar a Paty Lobeira la alcaldesa de Veracruz, si no puede ser su marido y primogénito. 

De la amplia lista de nombres de origen morenista, el (la) que salga ungido(a) de la tómbola obradorista tendrá que caminar reducido(a) por el brutal desgaste del gobernador, sumado al del presidente de la república.  No ocurrirá lo que le pasó seis años antes a Miguel Ángel Yunes Márquez, quien, en esa campaña, de plano declaró que él no competía con Cuitláhuac, sino con López Obrador. Y así fue, porque Cuitláhuac por sí mismo, no traía mucho.

Sea quien sea el candidato opositor, donde Dante Delgado será pieza fundamental en la estrategia y en la campaña –el que por cierto recibió la semana pasada, todo el día, a muchos actores políticos en su casa de Las Animas -, el candidato tendrá que repetir lo que hizo Fidel Herrera para llegar a palacio. De esa época hay una anécdota que pocos saben, pero muchos tergiversan. Los amigos de Miguel Alemán, en una sarcástica broma en el WTC de Boca del Río, enterraron las ingenuas aspiraciones de Alejandro Montano, que se soñaba sucesor. Y en el caso de Juan Maldonado y de Mauro Loyo, que luchaban en serio por la candidatura, el gobernador Alemán tuvo que decirles lo siguiente en una reunión privada: “Ninguno de los dos tiene manera de ganarle a Fidel Herrera, sólo Fidel cuenta con las condiciones y la fuerza popular para ganar la elección.”

Te puede interesar: DESASTRE 4T: ¿PEPE YUNES ENCABEZARÁ LA OPOSICIÓN EN VERACRUZ?

El que vaya a ganar, tendrá que trabajar en serio. Pueden crearse retruécanos para crear reflexión y para confundir, y pueden sumarse todos los retorcidos multicolores que están frotándose las manos. La fuerza morena sufrirá mucho para conservar la gubernatura. Y ya muestra una fuerte tendencia a fragmentarse.

Publicidad