El pasado 14 de febrero, Palabras Claras publicó el editorial ““VERACRUZ, EL MUNICIPIO MÁS SUCULENTO”. Ese día se escribió: “Durante los próximos años el municipio de Veracruz se convertirá en uno de los más importantes del país. El proyecto de ampliación del puerto, que se construye a marchas forzadas en terrenos adyacentes, provocará una extraordinaria bonanza a la zona comprendida desde La Antigua hasta Alvarado, incluyendo a Medellín y a los demás municipios cercanos”.

“El nuevo desarrollo portuario provocará un despegue económico en toda la región. Se habla de que cuando concluyan las obras, se triplicará el volumen de toneladas de carga a trasladar por vía marítima. Buques de mayor envergadura llegarán y saldrán cargados con miles de toneladas de mercaderías. De esta magnitud es el crecimiento que viene a la ciudad de Veracruz y su zona conurbada”.

Y esta circunstancia la conoce a la perfección la familia que gobierna el estado, donde el mando se aplica a la manera imperial.

Anuncios

Para el que ocupa la silla principal del palacio, nada de lo que está sucediendo en el aspecto político de esta jornada electoral -que termina el 4 de junio- es fortuito o producto de ocurrencias de subordinados. Todo está debidamente calculado para obtener los mejores resultados a favor del gobernante.

Y como en el circo, se trabaja en varias pistas. Algunas se dejan sueltas para el que las quiera seguir. Pero las dos más importantes son las elecciones de Xalapa y Veracruz, íntimamente ligadas. En Xalapa está la sede de los poderes políticos; en el puerto de Veracruz y su zona de influencia, el mayor poder económico del estado.

En la capital del estado, todo sale a pedir de boca para el gobierno yunista. La alianza PAN-PRD envió a una obcecada mujer a contender por la alcaldía. Primero le sumaron escándalos partidistas para disminuirla antes de iniciar campaña. En la campaña, se observa que le han restado apoyos materiales, y para completar el cuadro, ella misma aporta una escasa cuota para convencer al electorado y poder asegurar el triunfo.

En Xalapa, las cosas están sucediendo como si el gobierno actual supiera de antemano que habría un desgaste yunista y un repudio ciudadano, originado por los miles de burócratas despedidos, y por ello, su alianza política no puede ganar la elección. Pero esa cúpula gobernante sabe también que la gente no votará por el desprestigiado PRI.

Antier, por ejemplo, se escucharon a los contendientes xalapeños en un foro organizado por empresarios. La del PAN-PRD, una candidata sin proyecto para defender; el del PRI, con ofertas que pocos quieren oír; el de MORENA, sus ofrecimientos salen sobrando, porque la cargada capitalina va con él. Los demás candidatos y sus promesas no dan para más.

En conclusión, puede decirse que en Xalapa, el gobierno veracruzano quiere un triunfo morenista, y que ese objetivo, debe asegurarse por todos los medios. Asegurarse, porque toda la carne imperial está en el asador porteño. Y a como se ven las cosas, ante un escenario de empate y de tribunales, pudiera requerirse una negociación (concertacesión) de alto nivel con MORENA.

La estrategia sucesora yunista requiere forzosamente un triunfo en el municipio de Veracruz, por todo lo que se pretende para el 2018. Si Fernando Yunes pierde este año en el puerto, sería un mal augurio, y una derrota anticipada para su hermano Miguel Ángel el próximo año.

Allá se apuesta fuerte a que los Yunes son de esa zona y a que la gente no quiere al PRI. Por eso van a aventarle todos los recursos a esa partida. Y por eso mismo no se quiere malgastar el monetario en Xalapa.

Pero el problema, es que también Andrés Manuel sabe la estratégica posición de ese municipio en sus intenciones estatales y nacionales para el 2018. Por eso buscó a un candidato como el empresario Ricardo Exsome, que tiene con qué ganar ese municipio.

Creemos que para López Obrador y para Yunes, en este 2017, la joya de la corona se encuentra en el municipio de Veracruz.

Por allá anda el ritmo y el rumbo.

Publicidad