Con el título “Recuperados mil millones de pesos desde que fue capturado Javier Duarte” el periódico El Universal publicó hoy la noticia de que a un año de la captura en Guatemala del exgobernador veracruzano “se han recuperado más de mil millones de pesos en efectivo y en bienes inmuebles”.

La información es buena, como lo es la difícil lucha por encontrar lo que anda perdido, y que la Auditoría Superior de la Federación contabiliza en más de setenta y cinco mil millones de pesos. Lo recuperado ha sido reiterado innumerables veces por el gobernador Yunes Linares, como todos aquellos éxitos contra la delincuencia organizada.

Ha habido algunas obras y acciones de gobierno, pero en ese tema no es mucho, ni lo concretado por su administración, ni lo informado a la población. Pareciera que los temas sustanciales que debiera atender el gobierno fueron olvidados, minimizados, o quizá ni siquiera atendidos.

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Ha sido un gobierno de claroscuros, donde los claros han sido las persecuciones a duartistas, las escasas recuperaciones y los logros de la seguridad pública, mientras que los oscuros han sido el cumplimiento de los objetivos sustanciales ofrecidos y formalizados en el plan estatal de desarrollo.

El gobernador Yunes se salió del interesante esquema que mostró el 12 de diciembre de 2016, cuando dio un informe que dejó buenas percepciones en la población. Sobre ese evento realizado en la ciudad de Boca del Río, este portal presentó al día siguiente el editorial LA GUADALUPANA Y EL MILAGRO DE BOCA DEL RÍO, refiriendo algunos aspectos:

“Pero el milagro auténtico del día, fue la sensación de credibilidad que dio el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Por una parte, el sentir ciudadano de que después de tantos devaneos, alguien pudo mostrar una verdadera política de seguridad pública en beneficio de la gente de las ciudades y del campo. Sin duda, el principal reclamo de la población veracruzana.”

“Por la otra, transmitió tranquilidad en el manejo de la administración, no sin dejar por sentado que llevar al orden las finanzas públicas, implica sacrificios para todos. …La sensación que dejó al auditorio del WTC de Boca del Río y a la población que lo siguió por televisión y redes sociales, es la de que Veracruz cuenta con un gobernador fuerte, que sabe dónde está parado y que tiene los tamaños para afrontar los graves problemas existentes.”

“Pudiera analizarse la conveniencia de que este mini informe de actividades con preguntas y respuestas, se convierta en ejercicio mensual o trimestral de comunicación directa entre sociedad y gobernante, llevándolo a diferentes escenarios a lo largo y ancho del estado. Así sí podría hablarse de un gobierno cercano a la gente, como él ofreció en su campaña y en su protesta.”

Sin embargo eso fue una ilusión; la información sobre resultados que beneficien a la sociedad es realmente mínima. El gobernante parece que olvidó que la población veracruzana requiere de los satisfactores y del bien común que la Ley establece como objetivos y fin primordial de un gobierno. De esos ni quien hable, y menos ahora que estamos en plena jornada electoral.

Porque hablar de muertos y desaparecidos, eso no representa avance alguno, por el contrario. Esos seres humanos, lamentablemente, hay que decirlo y repetirlo, son pérdidas absolutas para Veracruz. Hablar de las recuperaciones económicas o en especie, estas son bastante pobres, comparadas con lo que anda perdido. Hablar de los éxitos pírricos en la lucha contra la delincuencia, por desgracia no le cuentan mucho y poco se comprueban o aumentan la tranquilidad de la sociedad.

¿O será que además del error en el planteamiento, también se debe pensar en que el equipo designado por el gobernador azul falló miserablemente a los veracruzanos?

A excepción de unos cuantos, la mayor parte de esos funcionarios son colaboradores que nunca dieron color, ni en la operación institucional ni en los resultados. Y parece que ni en lo político. Eso resulta obvio, porque habría que preguntar, cómo esos funcionarios podrían hacer algún tipo de política, si en muy pocas ocasiones desquitaron el sueldo y la confianza que les regalaron los señores del estero. Cómo podrían llegar a los pueblos y colonias sin posicionamiento y sin nada en las manos, salvo minúsculas despensas con colores y olores electorales.

Ese es el mensaje entre líneas que deja la publicitada y conocida molestia de Miguel Ángel Yunes Márquez, cuando en el sur del estado fue a decir enérgicamente que, si no le rendían resultados a él como candidato, los colaboradores del equipo de su padre no serían invitados al gobierno que pretende alcanzar a partir de diciembre de este año. No hace falta mayor comentario para entender razones e implicaciones de esta molestia.

Qué pena, que el tremendo gasto presupuestal del bienio yunista se haya traducido al simple gobierno de los mil millones recuperados, que nos recordó  ese periódico nacional.

Yunes dejó de informar cuando se fue por el camino fácil. Dejó de cumplir resultados tangibles, para enfocarse en el repetido sonsonete duartista y en el sencillo discurso de la inseguridad.

El primero de julio en las urnas, puede encontrar el fatal resultado de su estrategia, retratado en los ojos y esperanzas derrotadas de su hijo y candidato a la gubernatura.

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