Jesús Lezama
El presidente López Obrador inició la semana asegurando que no se negocia la liberación del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte, ni tampoco la devolución de los bienes a sus presuntos prestanombres. El ejecutivo cree que en su gobierno no hay corrupción como tampoco impunidad.
El desabasto de medicamento y la “puesta en marcha” del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) son cuestiones que han lastimado a la sociedad. La insensibilidad, los caprichos gubernamentales y la falta de pericia han dejado en el abandono y llevado a la muerte a muchas personas.
El famoso avión presidencial (“que ni Obama tiene”) regresó a nuestro país después de que se informó que ninguna empresa, magnate o jeque árabe se interesó en el TP-01, José María Morelos y Pavón. Estuvo 13 meses estacionado en Victorville, California, desde el 3 de diciembre del 2018. En total se gastaron 30 millones de pesos por tenerlo estacionado, en mantenimiento y sin uso. La Secretaría de la Función Pública hizo mutis sobre el tema.
El mandatario Andrés Manuel se convirtió en abuelo. En Houston, Texas nació su nieto Salomón Andrés, hijo de su primogénito José Ramón López Beltrán y de Carolyn Adams, de quiénes se desconoce si son novios, esposos o concubinos. Y esto, quizá, para que no vayan a ser cuestionados como en el caso del director de la CFE Manuel Bartlet y su “no esposa no concubina” Julia Abdala.
La comida en Palacio Nacional entre los gobernadores, el ejecutivo federal y parte de su gabinete, en donde supuestamente se iba analizar la puesta en marcha del INSABI, solo fue un convivio, a decir de los invitados. Todos felices disfrutaron de croqueta de pejelagarto, tamal de chipilín, cordero en salsa, agua de matalí y chocolate amargo.
El periodista Jorge Ramos reapareció en la conferencia mañanera de AMLO. Ahí le dijo: “Usted es el presidente con las peores cifras de criminalidad desde la Revolución Mexicana. De diciembre de 2018 a noviembre de 2019, han sido asesinados 34, 579 personas, este año, el primer año de usted, es peor que cualquier año de Peña Nieto, de Calderón, de Fox, de Salinas, de Zedillo, de todos los presidentes”. Tras ese contexto, el reportero preguntó al presidente cuándo habría resultados, por qué no cambiaba la estrategia de seguridad y por qué seguía trabajando con un gabinete que no le ha dado buenos resultados. En tono de broma -pero así se asoma la verdad- contestó el mandatario: “Eso sí calienta”, pero aceptó que el problema de seguridad es un gran pendiente, que trabaja todos los días para resolverlo. Dijo que habrá resultados el 1 de diciembre, aunque no especificó de qué año.
El T-MEC por fin se aprobó en el Senado de los Estados Unidos, falta la firma de Donald Trump y la ratificación de Cánada. Buena noticia para México, alivió los mercados financieros.
Pero la semana no podía terminar sin sacar algo de la chistera. AMLO, como buen estratega y distractor de los problemas fundamentales del país, presentó cinco opciones para el destino del avión presidencial, entre las que destacan una rifa a cargo de la Lotería Nacional con seis millones de “cachitos” de 500 pesos cada uno.
Los temas de la salud, el desabasto de medicamentos, la economía, la inseguridad, el nepotismo, la impericia gubernamental, la corrupción son una referencia inmediata porque la gente los comenta, está inquieta, ansiosa ya que no percibe cuando podrán ver mejores resultados en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Sin embargo, ante la ausencia de resultados y el cúmulo de dificultades, hoy una mano movió la cuna. Las redes sociales se llenaron de memes sobre la rifa del avión presidencial en los que retoman la idea planteada por el presidente y todo mundo hace mofa de ello. Por arte de magia se esfumaron los problemas. Nuestra memoria es corta.
Caer en juegos distractores evoca una de las máximas del político alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, el Principio de la transposición: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.