Jesús Lezama

Todo inicio de administración pública renueva la esperanza de que las condiciones políticas, sociales, económicas y administrativas puedan mejorar. Veracruz será gobernado por vez primera por una mujer a partir del próximo 1 de diciembre, y aunque continuará un proyecto ideológico de transformación, la ingeniera Rocío Nahle tendrá la oportunidad de modificar, para bien, el gobierno que encabezará.

Desde que obtuvo la mayoría de los votos de los veracruzanos, la ex titular de la Secretaría de Energía se ha inmiscuido directamente en conocer el estado que guarda la administración de su correligionario Cuitláhuac García. No hay duda de que la corrupción, el nepotismo, la poca transparencia y la inadecuada asignación de obras que caracterizó a Cuitláhuac, son algunos de los molestos descubrimientos y las primeras preocupaciones de Rocío Nahle.

Y es en la obra pública donde la gobernadora electa tiene más oportunidades que debilidades, gracias a que podría iniciar su gobierno realizando trasformaciones administrativas que transparenten y controlen la adjudicación de obras. Pero esto sólo será posible, si en materia de obra pública logra desarrollar una institución fuerte y consistente que además proporcione una ventanilla única para esta importante actividad de desarrollo regional y económico.

Una ventana única (y una puerta única) donde se concentre toda la obra pública, toda la información de proyectos, toda la información jurídica y de transparencia, donde el usuario no tenga que recorrer siete capillas y hablar con siete funcionarios usualmente descoordinados, para concretar su petición o solicitud. 

Esta administración debería establecer una sola instancia o dependencia que haga toda la obra pública a cargo del gobierno estatal, con un solo secretario de despacho responsable de la obra, apoyado por varios subsecretarios debidamente especializados en temas constructivos, también con gente especializada en las direcciones generales que hagan falta, dándole relevancia a la transparencia, tema que ha faltado desde hace varios sexenios, donde lo único que se ha transparentado es el enriquecimiento inexplicable de muchos altos y medianos funcionarios en todo el gabinete. 

Pareciera que en Veracruz se hizo cierta esa frase antigua que dice que “de la obra, algo sobra”, que ha hecho millonario o boyante y orgulloso empresario de la construcción, a varios que antes fueron supervisores, residentes, subdirectores, directores, subsecretarios o secretarios de obra pública e infraestructura. 

Rocío Nahle ya ha anunciado que llevará a cabo una serie de obras de gran impacto en diferentes partes del estado. Desde luego, eso renueva la esperanza en miles de veracruzanos que se beneficiarán con ello y que no han podido disfrutar del “primer piso de la transformación” que sólo anuncian las actuales autoridades.

Esa ventanilla única facilitaría el acceso a la información digitalizada, la cual debe ser controlada por una sola persona y una sola dependencia, para evitar que las diferentes instituciones estatales tengan obras sin control ni supervisión, y con ello combatir verdaderamente la corrupción en la materia. 

Designar a una “persona única responsable” permitirá brindar certidumbre a quienes construyen con apego a la ley y atender quejas sobre posibles obras irregulares o fantasma, pero al mismo tiempo la próxima titular del Poder Ejecutivo ya no tendría que buscar a los posibles responsables de actos de corrupción en las adjudicaciones de obras, su ejecución y la transparencia en las transacciones millonarias de este rubro. Tanto la gobernante como la sociedad sabrían exactamente dónde están los fallos. Ahí deberán colocar a un funcionario con trayectoria e integridad que reporte a la gobernadora. 

Rocío Nahle enfrentará grandes retos en su gobierno, derivados de una entidad federativa con graves problemas que no fueron atendidos ni entendidos por un antecesor nada profesional. Y tendrá tiempo para realizar una reingeniería administrativa que le permita mostrar a la sociedad que el segundo piso de la transformación arranca en Veracruz el próximo 1 de diciembre.

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