El vocero de Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristain de los Santos consideró que al iniciar la época del Adviento, es el momento adecuado para disolver la indiferencia creciente, el egoísmo calculador, el consumismo desbocado y la mentira sistemática.

“Nuestra sociedad contemporánea ha realizado conquistas estrepitosas e incalculables en el campo de la tecnología, pero parece que ha retrocedido a la caverna oscura con el ruido apabullante y la fría indiferencia frente al que está a nuestro lado”, expresó.

Incluso estimó que pareciera que tales males se promueven intencionalmente, desde todos los niveles de la vida, la trivialidad, la bastedad, la descompostura, desmesura y la agresividad hacia los demás y hacia la naturaleza. 

Todo esto, dijo nos conducen a la insatisfacción, al deterioro de la cercanía y calidez humanas que nos enfrentan y dividen como sociedad mexicana y veracruzana.

“Ante las dificultades y problemas que vivimos, el Adviento cristiano ha llegado a nuestros días decembrinos. El Adviento es un tiempo y un espacio sagrado para la oración, la reflexión y la reconciliación, pero, ante todo y sobre todo, es la persona de Jesucristo que sale a nuestro encuentro para curarnos, renovarnos y revitalizarnos en lo más profundo de nuestro ser”, añadió.

Igualmente indicó que el adviento es la persona de Jesucristo que viene para limpiar nuestro rostro y dar brillo a nuestros ojos que nos permitan valorar altamente a todos los que están cercanos hasta reconocerlos como invaluables compañeros de camino hacia la plenitud personal y comunitaria.

“Adviento es la persona de Jesucristo que se hace frágil y pequeño para que recordemos que cualquier proyecto, por perfecto que sea, es provisional y perfectible. Adviento es la persona de Jesucristo que lava nuestra historia personal y comunitaria para vernos todos como hermanos de una misma patria, de una misma sociedad y de un destino común”, mencionó.

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