Que un político sea claro y honesto es una utopía. La realidad es que esa especie no existe. Al menos en muchos lugares de Veracruz. Pero ahora sobresale Alberto Silva, el Cisne o Pavo Real del exgobernador Javier Duarte, quien difunde que pretende ser, de nueva cuenta, alcalde de Tuxpan.
Con rostro y dentadura renovada, el “ideólogo” Alberto Silva anhela ser presidente de Tuxpan arropado por el Partido Verde Ecologista. En otrora, Silva Ramos presumía que elaboraba los discursos, propuestas y pronunciamientos políticos del exgobernador Fidel Herrera.
Alardeaba que era un académico de nivel, llegó a Veracruz resaltando que era un discípulo de Reyes Heroles, John F. Kennedy, de Fidel Castro, y de Córdoba Montoya, el cerebro del expresidente Salinas de Gortari.
Acobijado por Javier Duarte, en su época como subsecretario de finanzas, no permitía que su plumaje cisnesco fuera acariciado. Sus niveles eran superiores a cualquier empleado de gobierno.
Beto, el escrupuloso y exquisito personaje, no dejaba de ser el centro espiritual y emocional del poderoso Javier Duarte. Nada se movía políticamente sin que fuera aprobado por el tuxpeño. La adulación y gracejadas eran festín.
El cisne de los lagos de los sueños ahora encanta a otros personajes que disfrutan la adulación con amorosas flores. Quizá Co… ello, el Verde abogado Manuel hizo Puentes Rebeldes y espera que las Chiquilladas morenistas lo encumbren en la silla principal del ayuntamiento tuxpeño.
Silva Ramos es un personaje que se ha sostenido del “Bluff”, con un pasado oscuro, dejó una deuda municipal a 30 años por 328 millones de pesos y encontró a unos empresarios, familiares de un director chiva de futbol, que nunca modernizaron el alumbrado público de la urbe huasteca.
Betito, ni es cisne ni es pavo real, sólo es un pájaro de cuentas.